Didier Raoult, el virólogo francés que propuso un tratamiento contra el coronavirus basado en hidroxicloroquina, aseguró que la epidemia de Covid-19 «está terminando” y descartó el surgimiento de una segunda ola de contagios.

“En ninguna parte hay una segunda ola, es la curva banal. Algunos casos esporádicos aparecerán aquí o allá eventualmente si hay alguien uno de super contagioso, pero todo esto ya no refleja una dinámica epidémica. La epidemia está terminando”, sentenció.

“Vemos que un poco en todas partes las cosas se está deteniendo”, dijo Raoult en un video publicado en el sitio del Instituto Mediterráneo de Infección en el Hospital Universitario (IHU) de Marsella, en el sur de Francia.

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El especialista, miembro del consejo científico que asesora al gobierno francés en la lucha contra la pandemia, respaldó su aseveración con esta cifra: en Marsella, la segunda ciudad más poblada de Francia, el lunes se registró apenas un nuevo caso de contagio sobre un total de 1.200 personas analizadas.

Según Raoult, la desaceleración de la epidemia se explica en la ciudad por el hecho de haber “diagnosticado y tratado sistemáticamente” a los pacientes, porque “sabemos que el tratamiento disminuye la duración del transporte viral”.

A pesar de todo, varios focos epidémicos se han reportado en los últimos días en Francia, donde se registraron más de 27.000 fallecidos. Si bien las cifras de la epidemia ahora son menos alarmantes en Europa y los países están levantando las restricciones, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recordó el lunes que “la vigilancia extrema sigue siendo necesaria” ya que «siempre existe el riesgo de que la enfermedad comience nuevamente”.

Raoult está en el centro de un debate mundial sobre el uso de la cloroquina y de la hidroxicloroquina para combatir el coronavirus. El científico promueve esta droga contra la malaria en pacientes al comienzo de la enfermedad, junto con un antibiótico, la azitromicina y hasta llegó a definir “inmoral” prohibirla.

El presidente estadounidense, Donald Trump, también ha abogado por su uso contra el nuevo coronavirus. Pero una gran parte de la comunidad científica y de las organizaciones exigen una validación científica rigurosa previa antes de usarla, advirtiendo del riesgo que podrían correr los pacientes.