Siempre se puede estar peor. Si los aumentos parecían exorbitantes y el pago de los servicios públicos inalcansables, mejor prepararse para lo que se viene: llegan las facturas de gas más caras del año.

Es que las facturas que empiezan a llegar a los hogares acumulan los consumos de junio y julio, para los que rige un aumento del 80 al 100% respecto a 2017, a lo que se suma el mayor consumo de este año con relación al anterior, debido a que se registraron temperaturas más bajas.

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Si no se tomaron medida de ahorro, el incremento con respecto al mismo bimestre del año anterior está rondando el 120%, y sería mayor si el usuario cambió de categoría por sumar más metros cúbicos consumidos en los últimos seis bimestres, porque cuanto más alta es la categoría, más caras son las tarifas.

Además, en junio, la temperatura media fue de 11°3, mientras en el mismo mes de 2017 fue de 13°7, según reveló el informe de Fundelec que mide el consumo eléctrico mensual.

Gas BAN informó que se verificaron 272,3 grados días este año y 245,7 grados días el anterior, correspondiendo la cifra a los grados de diferencia entre 18° y la temperatura media diaria inferior a ese valor, de modo que cuanto más frío más grados se computan.

El otro dato que aporta la firma es que los ingresos por ventas a residenciales crecieron un 118,2% en el primer semestre con relación a igual lapso de 2017. Pero como en el período enero-abril había tarifas un 40% más bajas, y a partir de abril aumentaron entre 80 y 100% (con respecto al invierno pasado), la diferencia en los ingresos se puede atribuir principalmente al mayor consumo de junio, lo que arrojaría un aumento de bolsillo incluso superior al 120%.

En estas condiciones, a los consumidores les conviene diferir el 25% de la factura, tal como dispuso el gobierno, y pagarlo en cuotas en la temporada estival con un interés del 1,5% que ya se puede prever será inferior a la inflación.