El uso de agrotóxicos en el territorio nacional es uno de los temas que más preocupan a una porción de la población, debido a la cantidad de muertes y enfermedades severas generadas por las fumigaciones en distintos puntos del país.

Según una investigación del Conicet, unos 107 plaguicidas que se utilizan en Argentina están prohibidos o no autorizados en el resto del mundo, siendo incluso el 33% de ellos catalogados como “altamente peligrosos” (PAP) por la Organización Mundial de la Salud y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).

De hecho, el ingeniero agrónomo y presidente de Red de Acción en Plaguicidas de América latina (Rapal), Javier Souza Casadinho, advirtió al portal La Nueva Mañana que el acceso y uso de plaguicidas está tan naturalizado que se aplican día a día “en las plazas, sobre los animales y hasta en el pelo de los niños con los piojicidas”.

En el país se usan alrededor de 200 mil litros de glifostao por año en fumigaciones, contaminando la atmósfera e incluso volviendo al agrotóxico capaz de hallarse en el agua de lluvia y en los productos elaborados a través de cultivos resistentes al glifosato, según especificó el doctor en Ciencias Exactas e investigador del Conicet en La Plata, Damián Marino.

“En una zona fumigada, si uno levanta la cara hacia el cielo un día de precitaciones, recibirá agua y glifosato”, aseguró. “Hoy podés comprar plaguicidas en una ferretería, en lugares donde venden alimentos para mascotas, incluso en los supermercados. Tenemos una venta muy flexibilizada y la gente hace uso de ellos sin conciencia de los efectos”, advirtió por su parte Souza Casadinho.

Algunos de aquellos plaguicidas altamente dañinos, prohibidos en otras partes del mundo, son el herbicida “Atrazina”, usado en el control del crecimiento de malas hierbas en la agricultura y el “Paraquat”, aplicado para el cultivo del tabaco y hortalizas. Ambos se destacan por peligrosidad, por la posibilidad de generar deterioros crónicos en la salud de las personas, y se pueden conseguir en Mercado Libre por un precio entre $600 y $700, al tiempo que el medio litro de glifosato marca Roundup se ofrece en Internet a $850 y el envío del “potente preparado que elimina todo” corre a cuenta del comprador (esta marca de herbicida, perteneciente a Monsanto-Bayer, es la misma por la que un jurado de la corte estatal de Oakland, en California, Estados Unidos, dictaminó esta semana que el gigante químico debía indemnizar a una pareja con el pago de 2.045 millones de dólares por causarle linfoma no hodgkiniano tras la exposición reiterada ante el producto).