Cada vez es más frecuente el  hallazgo de la droga llamada burundanga en los análisis de  laboratorio que se realizan tras los abusos sexuales padecidos por las jóvenes que acuden a boliches, al punto que en ocho de cada 10 víctimas hay presencia de esa peligrosas sustancia.

Así lo reveló María Elena Leuzzi, presidenta de la Asociación de Víctimas de Violaciones (AVIVI), al precisar: «Durante los fines de semana, el 80 por ciento de las atenciones que hacemos  por chicas abusadas se relaciona a casos iniciados en discotecas,  con víctimas que son abordadas e invitadas a beber algo que contiene la droga, por lo que ya no son dueñas de sus actos».

«Por lo general la sustancia que usan los violadores de los boliches es burundanga. Nosotros recibimos las llamadas casi siempre en horas de la mañana, de los viernes, sábados y  domingos», indicó.

En ese sentido, sostuvo que «es un problema recurrente, surgido del relato de las propias chicas, que recuerdan la situación en toda su extensión, pero dicen que no pudieron pedir auxilio o escapar, porque no podían gobernar su cuerpo».

El viernes trascendió que los análisis toxicológicos realizados sobre muestras de los cuerpos de Marina Menegazzo y María José Coni, las jóvenes asesinadas en Ecuador, dieron como  resultado la presencia de burundanga, según publicó Diario Popular.

Los cuerpos de las jóvenes mendocinas fueron hallados el 22 de febrero pasado en la playa de Montañita.

«Es aberrante. Pero lamentablemente la utilización de burundanga también se extendió en nuestro país», afirmó Leuzzi.

Al respecto, manifestó: «Acá ocurre en las discotecas. Por eso siempre estamos pidiendo que se concientice en los hogares, para que las chicas vayan a divertirse, pero no acepten tragos de  gente desconocida. Están bajo muchísimo riesgo».

La escopolamina, también conocida como burundanga, es un alcaloide tropánico que se encuentra como metabolito secundario de plantas en la familia de las solanáceas como el beleño blanco  y otras especies.

Se trata de una droga altamente tóxica, donde una sobredosis por escopolamina puede causar delirio, y otras psicosis, parálisis, estupor y hasta la muerte.

«Es muy angustiante escuchar los relatos de las víctimas de violaciones con burundanga. Porque pueden narrar el momento en que estaba sucediendo el abuso, y ellas haciendo toda la fuerza para sacarse de encima a los abusadores, pero sin éxito», dijo.

Explicó que las víctimas «son concientes que las violaron y no se pudieron defender», para luego agregar que «el efecto de la droga es muy potente, quedan a merced de sus agresores».

«En muchos casos tenemos agresores sexuales múltiples. Es  decir, varios varones se ponen de acuerdo para drogar a una joven y luego abusarla. Espantoso», añadió.

Finalmente, alertó que «a las chicas las utilizan como material descartable, objetos con los que pueden hacer cualquier cosa».

«Es una realidad que debemos alertar a nuestras jóvenes sobre los peligros que corren cuando concurren a boliches y así será mientras no cambiemos el paradigma, y comencemos a enseñarles a los varones que no pueden acceder a los cuerpos de las mujeres sin consentimiento», indicó.