Por Hermes Lavallén

Encélado es uno de los lugares del Sistema Solar más prometedores para encontrar vida extraterrestre. Encélado es una luna de Saturno que apenas mide 500 kilómetros de diámetro y que tiene el aspecto de una enorme bola de nieve. Hace unos años no parecía ser un lugar muy interesante, pero las observaciones, sobre todo de la ya perdida sonda Cassini, han revelado columnas de material oceánico expulsado al espacio.

La corteza helada que envuelve a Encélado ha fascinado a los astrónomos durante mucho tiempo. La evidencia recopilada por la NASA y la nave espacial Cassini-Huygens de la Agencia Espacial Europea, sugiere que el caparazón podría estar ocultando un océano subterráneo masivo compuesto de agua salada debajo de él, que, tentadoramente, podría albergar vida.

Según un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Arizona y la Universidad Paris Sciences & Lettres, publicado en la revista Nature Astronomy. Las observaciones de la nave espacial Cassini de la NASA establecieron que la luna Encélado de Saturno tiene un océano líquido interno. El análisis de una columna de material oceánico expulsado al espacio sugiere que existen respiraderos hidrotermales alcalinos en el fondo marino de Encelado. En la Tierra, estos respiraderos de aguas profundas albergan ecosistemas microbianos ricos en arqueas metanogénicas. Aquí utilizamos un enfoque estadístico bayesiano para cuantificar la probabilidad de que la metanogénesis (producción de metano biótico) pueda explicar las tasas de escape de hidrógeno molecular y metano en la columna de Encélado, medidas con instrumentos de Cassini. Encontramos que las tasas de escape observadas (1) no se pueden explicar únicamente por la alteración abiótica del núcleo rocoso por serpentinización; (2) son compatibles con la hipótesis de condiciones habitables para los metanógenos; y (3) puntuar la probabilidad más alta bajo la hipótesis de metanogénesis, asumiendo que la probabilidad de que surja vida es lo suficientemente alta. Si la probabilidad de que surja vida en Encélado es baja, las mediciones de Cassini son consistentes con respiraderos hidrotermales habitables pero deshabitados y apuntan a fuentes desconocidas de metano (por ejemplo, metano primordial) que esperan ser descubiertas por misiones futuras.

Foto: Esta vista en corte de Encelado, la luna de Saturno, es una representación de un artista que representa la posible actividad hidrotermal que puede estar teniendo lugar en y debajo del lecho marino del océano subsuperficial de la luna, según los resultados de la misión Cassini de la NASA. Imagen: NASA

¿Podrían los microbios similares a la Tierra que ‘comen’ el dihidrógeno y producen metano explicar la cantidad sorprendentemente grande de metano detectada por Cassini?» preguntó Regis Ferriere, profesor asociado de la Universidad de Arizona y autor principal del estudio, en un comunicado.

Pero averiguar la respuesta con seguridad no es nada fácil.

“La búsqueda de tales microbios, conocidos como metanógenos, en el lecho marino de Encélado requeriría misiones de inmersión profunda extremadamente desafiantes que no están a la vista durante varias décadas”, agregó.

El equipo construyó modelos matemáticos para ver si la metanogénesis podría explicar los datos recopilados por Cassini. Su conclusión: la actividad de los respiraderos hidrotermales microbianos, o procesos que involucrarían microorganismos extraterrestres, podrían explicar el metano detectado por Cassini.

En la Tierra, la actividad hidrotermal es causada por el agua de mar fría que se sumerge en el fondo del océano, donde se calienta con fuentes locales de calor como el magma. Esta agua luego se expulsa por los conductos de ventilación en el fondo del océano, un proceso que gotea metano en el agua con el tiempo.

La mayor parte de este metano es liberado por microorganismos que utilizan el calor como fuente de energía, convirtiendo el dióxido de carbono en metano.

Según sus simulaciones por computadora, los investigadores encontraron que podrían existir condiciones similares en Encélado.

«En resumen, no solo podríamos evaluar si las observaciones de Cassini son compatibles con un entorno habitable para la vida, sino que también podríamos hacer predicciones cuantitativas sobre las observaciones esperadas, en caso de que la metanogénesis realmente ocurriera en el lecho marino de Encelado», dijo Ferriere en el comunicado.

De hecho, sin la existencia de fuentes biológicas de producción de metano, los niveles de metano observados por Cassini no podrían compararse con sus modelos.

Sin embargo, sería prematuro sacar conclusiones definitivas.

“Obviamente, no estamos concluyendo que exista vida en el océano de Encélado”, agregó Ferriere. “Más bien, queríamos entender qué tan probable sería que los respiraderos hidrotermales de Encelado pudieran ser habitables para microorganismos similares a la Tierra. Es muy probable que nos lo digan los datos de Cassini, según nuestros modelos”.

Simplemente, todavía no tenemos suficientes datos para partir.

“En otras palabras, no podemos descartar la ‘hipótesis de la vida’ como altamente improbable”, dijo Ferriere. «Para rechazar la hipótesis de la vida, necesitamos más datos de misiones futuras».

Los investigadores tampoco descartaron otros posibles procesos abióticos que podrían explicar los datos del metano. Por ejemplo, la descomposición química de la materia orgánica primordial en el núcleo de la luna podría estar provocando la expulsión de cantidades significativas de metano.

Es una nueva investigación emocionante que demuestra lo poco que sabemos sobre las lunas heladas de Saturno, a pesar del extenso legado de Cassini. Quizás algún día, con futuras misiones podamos obtener una mirada precisa.

Foto: Cassini Imaging Team