En Argentina desde el año 2004, existe una ley que llegó para suplantar la antigua Ley Videla de Migraciones, que garantiza derechos y obligaciones para los 2.212.879 de inmigrantes, lo que supone un 4,92% de la población, que viven en el país.

La normativa de la Ley 25871 reconoce la migración como un derecho humano, hecho que sentó un precedente dentro del marco jurídico internacional, lo que habla a las claras de un país consciente de las diferentes necesidades que tienen aquellas personas que eligen a este país como su nuevo hogar.

En su artículo 4, sobre derechos y libertades del migrante en Argentina, la ley asegura: «El derecho a la migración es esencial e inalienable de la persona y la República Argentina lo garantiza sobre la base de los principios de igualdad y universalidad», lo que representa una gran responsabilidad por parte del parte del Estado para aquellos migrantes que habiten suelo argentino.

Pero también, así como existen derechos, también hay obligaciones. Y en relación a ello, el fin de semana dejó un Encuentro Nacional de Líderes Migrantes donde se debatió sobre el derecho al voto migrante en el país donde más de 200 personas participaron activamente discutiendo sobre la necesidad de elegir autoridades presidenciales para la comunidad.

En este noveno encuentro a nivel nacional, estuvo presente quien fuera el Director Nacional de Migraciones durante el período 2007 a 2015, Martín Arias Duval, quien en diálogo con Conclusión explicó la importancia de comprender la magnitud de esta ley que vela por los derechos de los migrantes.

Al consultarle sobre la ley 25871, el ex director de Migraciones a nivel nacional, contó que «desde el año 2003 rige la ley 25871 que es la ley que rige la política migratoria argentina que reemplazo la última legislación que fue emanada en el último gobierno militar. De hecho, esa ley era conocida como Ley Videla, que era una ley que negaba derechos a los extranjeros y que permitía el acceso a la regularidad migratoria solamente a determinado perfil de migrante«.

Arias Duval continuó: «Contrariamente a los que podamos pensar no era una ley expulsiva con la migración que no se podía regularizar, sino que la invisibilizaba, y esto generó entre otros colectivos migrantes regionales, chilenos, paraguayos, peruanos, entre otros. Esto generó migrantes excluidos de derechos, excluidos de acceder a un trabajo digno y regular, los llevó a ser explotados. Hubo un acontecimiento que marco la agenda que fue un incendio en un taller clandestino en donde murieron varios inmigrantes de nacionalidad boliviana, y esto generó una reacción de como la Argentina que había adherido a tratados internacionales de derechos humanos permitía que ocurriera esto».

A raíz de esta situación, el abogado explicó que en ese momento se generó «un movimiento de los propios migrantes que empezaron a ejercer presión por distintas puertas, empezaron a hacerse escuchar y todo esto derivó en la ley 25871 y esta ley cambió los paradigmas porque reconoce como derechos humano la migración. Una legislación que permite el acceso a ciertos derechos básicos con independencia de la condición migratoria de la persona, si esta regular o irregular es un problema administrativo».

El abogado mencionó que en Argentina, por disposición de la ley, «no asociamos a los migrantes como delincuentes, no tenemos cárceles para migrantes como existe en otros países del mundo, donde el migrante irregular es tratado como delincuente y encerrado en una jaula. Acá no existe y lo que busca la legislación es que el migrante pueda insertarse y regularizar su situación, tener su documento de identidad y su residencia. Hubo un trabajo muy fuerte de las organizaciones civiles y las propias organizaciones de migrantes que militaron la ley. Tuvimos 20 años de gobierno democrático con la ley Videla y después 10 años para que se reglamente».

Al consultarle por la idea de unificación en territorio latinoamericano en relación a las migraciones y la proyección de que así suceda, Arias Duval dijo que «en líneas generales creo que sí, pero día a día uno se sorprende y ve discursos que van apareciendo y cobrando fuerzas, discursos xenófobos y antinmigración, copiado de otros lugares del mundo que tienen otra legislación, pero parece que hay un populismo de derecha que vende, y ese populismo es aprovechado por muchos referentes políticos y cierto sector de la prensa para generar la idea de que el migrante es una amenaza, que nos va a venir a quitar el trabajo, que los índices de criminalidad son responsabilidad del migrante y la realidad es que los argentinos no hemos podido resolver muchas cuestiones pero es responsabilidad nuestra, no de los migrantes«.

Por el contrario, y así quedó demostrado en la participación del Encuentro Nacional de Líderes Migrantes realizado este último fin de semana en la Facultad de Derecho de Rosario, «hay una vocación de compromiso de la comunidad migrante en la Argentina con el ejercicio de la actividad política en el país, en la medida que los destinatarios de las políticas públicas se involucran en la discusión de esas políticas y en la ejecución, esto va a ser beneficioso para todos. Nosotros no podemos pensar políticas desde Buenos Aires sin considerar la voz de quien va a ser el destinatario de esas políticas», añadió el especialista en asuntos de migrantes.

El sueño de la Patria Grande

Durante muchos años, y remontándose a la época de los próceres de Latinoamérica, se habló de la conformación de la conformación de la Patria Grande, lo que significaría declarar el territorio continental como un solo suelo.

Sobre este «sueño sanmartiniano» y al preguntarle si en algún momento este proyecto se hubiera podido concretar, Arias Duval cree que «en algún momento creo que sí, de hecho ¿porque San Martin liberó Argentina, Perú Chile? Los padres de la independencia en toda Latinoamérica pensaron en la conformación de la Patria Grande. Después por esas peleas chiquitas o intestinales, ocurrió lo que ocurrió y estamos divididos. Si fuéramos más unidos podríamos sentarnos a discutir más fuerte, con más peso, con las distintas potencias del mundo».

El letrado mencionó que «la idea de la construcción de la Patria Grande va de la mano, hoy en día como se ve en la política internacional, con la coincidencia ideológica de los gobiernos de la región».

Teniendo en cuenta el proceso histórico que él vivió como funcionario responsable de la cartera nacional de Migraciones, el ex director argumentó: «Nosotros estuvimos en un momento en donde había coincidencia, uno puede estar a favor o en contra, le puede gustar más o menos alguna figura o no, pero en Brasil estaba Lula, en Argentina estaba Kirchner, en Chile Bachelet, en Bolivia Evo Morales, en Uruguay Pepe Mújica, en Ecuador estaba Correa, había diálogo, y después en Latinoamérica hubo como un viraje a la derecha, Bolsonaro en Brasil, como el de Macri acá, que en vez de seguir construyendo y fortaleciendo el Mercosur armaron espacios de integración separados y trataban otras cuestiones».

Soñar con la Patria Grande, es un proyecto grande para la naciones que posiblemente no comprendan los beneficios que esto traería no solo en tema derechos, sino para las economías de los países hermano de América Latina.

A raíz de esa cuestión y sobre la proyección de esta idea de los grandes libertadores de Latinoamérica, Arias Duval concluyó: «A mí me parece que es posible y que nos conviene a todos, pero es una empresa difícil, porque lo que hay que lograr es esta coincidencia de visión entre los gobernantes de los distintos países de la región, pero cuando hay coincidencia de visión entre los pueblos, los gobernantes tienen que hacer lo que los pueblos dicen«.