La bajante del río Paraná es “extremadamente preocupante” e incluso el descenso de su caudal “podría ser más pronunciado”, ya que informes oficiales “no anticipan eventos meteorológicos” que logren revertir la situación en los próximos dos meses. Así lo aseguró el ambientalista, Jorge Bártoli, de la organización El Paraná No se Toca, quien, al analizar la evolución de la bajante, aguas arriba del río, dijo que “estamos volviendo al mismo escenario de los últimos años”.

La situación es extremadamente preocupante y según los últimos informes del Instituto Nacional del Agua (INA), no dan cuenta de eventos meteorológicos que puedan revertir la situación en los próximos dos o tres meses”, aseveró.

«Los sábalos no podrán completar su ciclo reproductivo y todos desaparecerán”, avizoró con preocupación Bártoli. Además, hay que lamentar la muerte de vacas y otros animales.

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Según Bártoli, “volvemos otra vez a esa situación de hace tres años, de bajante muy pronunciada por la falta de lluvias importantes en la zona, cuestión que además, conspira al momento de apagar los focos de incendios en las islas”.

En Rosario, precisó que “el Paraná hoy se encuentra en 67 centímetros sobre el cero, y está bajando en toda la cuenca desde las primeras mediciones en territorio argentino que son en Iguazú e Ituzaingó, aguas abajo de Yacyretá”.

En Ituzaingó, “la altura del Paraná es extremadamente baja, y comparable con el peor momento de febrero del año pasado, por lo cual, en las próximas semanas vamos a tener una bajante mucho más pronunciada” en toda la cuenca, adelantó. Frente a esa situación, Bártoli dijo que se hace “evidente y necesaria la creación de un Comité de Cuencas Internacional, que analice y coordine acciones sobre la erogación de aguas río arriba, de las represas que siguen regulando los caudales”.

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En ese contexto, el ambientalista puso de manifiesto el repunte y consecuencias de la bajante del río. “El último repunte del Paraná en Rosario fue a fines de noviembre y principios de diciembre, cuando superó los tres metros de altura”, recordó.

“Eso resultó útil para que ingresaran a lagunas interiores del delta especies de sábalos que desovaron y volvieran a generar el ciclo reproductivo”. Y añadió: “Pero ahora, por la sequía y la bajante, esas lagunas se secaron, los sábalos no podrán completar su ciclo reproductivo y todos desaparecerán”.

Bártoli añadió que en ese marco de bajante y sequía “los incendios en las islas continúan, eso es todo el tiempo, y esta última semana, se pudieron ver columnas de fuego frente a Rosario”.

“La situación de bajante del río y la sequía vuelve a ser tan preocupante como la que estuvimos viviendo el año pasado y anteriores. Lamentablemente, no hay margen para ser optimistas”, finalizó.