Dicen que luchar no sirve, que insistir es en vano, pero como convencerla a esta mujer que desde el primer día que se animó a denunciar los recortes en discapacidad, no bajó los brazos. Mónica es mamá de Rocío, Brisa y Alejandra, solo la primera es hija biológica, las otras dos son frutos del corazón de una persona que rompe el molde de una sociedad de lengua larga y empatía estrecha.

El comienzo del 2018 no fue para nada alentador, en un contexto nacional de ajuste permanente, la familia recibiría uno de esos coletazos. El suplemento nutricional que le garantizaba una mejora en la calidad de vida de su hija más pequeña, ya no llegaría a sus manos. En dialogo con Conclusión a principios de año, Mónica Gutiérrez comentaría, “desde Desarrollo Social de la Nación me dijeron que todo medicamento o producto que supere los $ 4.000 no se iba a autorizar”.

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Alejandra tiene 10 años y padece una parálisis cerebral con epilepsia refractaria, convulsionaba todo el día, las 24 horas, era un solo movimiento, una constante convulsión y descargas convulsivas. Hoy si bien ha podido equilibrar su cuadro, el mismo depende de una dieta cetogénica, algo que con el recorte de Nación se puso en riesgo.

“Nos enviaron un suplemento genérico, el KetoVie, que si bien sirvió un tanto como paliativo, los efectos en Alejandra no eran los mismos”, sostuvo una mamá que lejos de bajar los brazos, no cesó en su reclamo.

El destino parece marcarse a fuego en aquellas personas que se diferencian del resto, tal es así, que Mónica Gutiérrez recibiría una noticia que le propondría un nuevo desafío a enfrentar. “Me diagnosticar cáncer, por lo cual tuve que ser intervenida quirúrgicamente, eso me demandó un tiempo de recuperación por lo cual mi insistencia a Desarrollo Social había amainado”.

Pero la fortaleza de los humildes sigue rebrotando, “apenas pude recuperarme de todo lo antes mencionado, volví con las llamadas insistentes para exigir el Ketocal, lo único que puede hacer que Alejandra permanezca equilibrada”, relató.

El pedido de urgencia realizado por el Hospital de Niños Víctor J. Vilela daría sus frutos, “debido a esto, Desarrollo Social lo adquiere por intermedio de PAMI , ya que tienen pensado pasar a mi hija a ese Programa de Atención Médica Integral. Cabe destacar que la llegada de la alimentación, también se vio forzada por el recurso de amparo que interpusimos tiempo atrás”, enfatizó Gutiérrez.

Los registros de Alejandra cambiaron de manera notable en solo 48 horas, “mi hija ya evidencia cambios muy marcados, es por ello que insistimos con la necesidad de que sea el Ketocal el suplemento alimenticio y no un genérico, ya que lo efectos no son los mismos”.

Mónica debe realizar un nuevo pedido, ya que la demora y las trabas burocráticas siguen a la orden del día. “Me dijeron que a través del Vilela vuelva a gestionar un nuevo pedido, hoy Alejandra está muy bien gracias al Ketocal y sus crisis al menos por el momento, han quedado atrás”.

Por último, también hubo lugar para realizar un pedido a la sociedad en todo su conjunto, “llegan las fiestas y con ellas el uso de pirotecnia, lo que para nosotras representa un verdadero calvario. Tengo que aumentar la dosis de medicación para que tanto Ale como Brisa permanezcan dormidas, de lo contrario convulsionan. Es por ello que en nombre de mis hijas y de los muchos chicos que padecen los estruendos, solicito solidaridad y toma de conciencia a la hora de los festejos”.