Cada 3 de diciembre se celebra el Día del Médico en Argentina y a nivel panamericano. Esta fecha especial para conmemorar a aquellos que dedican su vida a salvar la de los demás tiene su origen dos siglos atrás.

El 3 de diciembre de 1833 llegaba al mundo el cubano Carlos Juan Finlay Barrés, quien en su carrera médica realizaría un importante descubrimiento.

Hijo de padre médico, Finlay llevó adelante una investigación fundamental respecto a la fiebre amarilla que tanto sufrimiento causaba en la población en aquel entonces.

Fue a través de sus análisis que en 1881 logró determinar que la enfermedad se propagaba a través de la picadura de los mosquitos Aedes Aegyptis, y no por la ropa o los objetos que tocaran los pacientes, como se creía.

Sin embargo, su descubrimiento inicialmente no tuvo aceptación, hasta que en 1901 se creó una comisión especial sobre la fiebre amarilla en Estados Unidos y llegaron a la misma conclusión que Finlay Barrés. El reconocimiento le llegaría tarde, pero sería fundamental para atacar la enfermedad y salvar muchas vidas en todo el mundo.

La fecha que hoy conmemoramos tiene su origen en 1955, cuando la Confederación Médica Panamericana decide establecer la fecha de su nacimiento como el Día del Médico. Argentina se sumaría un año después, primero a través del Colegio Médico de Córdoba y luego sí por toda la Confederación Médica Argentina y el Gobierno nacional.