Cada 12 de junio se recuerda el Día Mundial contra el Trabajo Infantil luego que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se propusiera, en el año 2002, dar a conocer el alcance del problema y promover así iniciativas tenientes a resolver un flagelo que afecta a miles de niños de todo el mundo.

Según las estimaciones mundiales más recientes, unos 120 millones de niños de 5 a 14 años de edad se encuentran en situación de trabajo infantil; en este grupo de edad, los niños de ambos sexos son afectados casi por igual . La persistencia del trabajo infantil tiene sus raíces en la pobreza, la falta de trabajo decente para los adultos, la falta de protección social y la incapacidad para asegurar la asistencia de los niños a la escuela hasta la edad mínima legal de admisión al empleo.

Desde la OIT informan que este año, el Día mundial contra el trabajo infantil centrará su atención particularmente en la importancia de una educación de calidad como un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil. Para la entidad, es el momento oportuno para hacerlo ya que en 2015 la comunidad internacional examinará las razones de la incapacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo respecto a la educación y establecerá nuevos objetivos y estrategias.

Este año hacen un llamado para: una educación de calidad, libre y gratuita para todos los niños hasta por lo menos la edad mínima de admisión al empleo y emprender acciones para llegar a aquellos niños actualmente en situación de trabajo infantil; nuevos esfuerzos para asegurar que las políticas nacionales sobre trabajo infantil y educación sean coherentes y eficaces; políticas que garanticen el acceso a una educación de calidad e inversiones en personal docente.

¡NO al trabajo infantil – SÍ a una educación de calidad! Muchos niños trabajadores no asisten a la escuela. Otros, combinan la escuela con el trabajo pero a menudo en detrimento de su educación. Debido a las carencias en educación y cualificaciones adecuadas, los adultos que fueron niños en situación de trabajo infantil tienen más probabilidades de realizar trabajos mal remunerados, encontrarse en situación de inseguridad en el trabajo o de desempleo. A su vez, es más probable que sus propios hijos caigan también en una situación de trabajo infantil. Romper este círculo vicioso resulta un desafío a nivel mundial y para ello la educación desempeña un papel clave. Una educación de calidad, gratuita y obligatoria, hasta la edad mínima de admisión al empleo es un instrumento fundamental para acabar con el trabajo infantil. La asistencia a la escuela aparta a los niños, al menos en parte, del mercado laboral y sienta las bases para la adquisición de cualificaciones profesionales necesarias para un futuro empleo remunerado. La crisis mundial del empleo juvenil y los problemas que experimentan los jóvenes en la transición escuela-trabajo ponen de relieve la necesidad de una educación pertinente y de calidad que desarrolle las cualificaciones necesarias para tener éxito tanto en el mercado laboral como en la vida en general. Las Naciones Unidas, en sus Objetivos de Desarrollo para el Milenio, fijaron como meta el asegurar para 2015 que todos los niños y niñas puedan completar un ciclo de educación primaria. Sabemos ahora que esa meta no se podrá alcanzar.

Según datos recientes de la UNESCO sobre matriculación escolar, 58 millones de niños en edad de escolarización primaria y 63 millones de adolescentes en edad de escolarización secundaria están aún sin escolarizar. Muchos de los que sí lo están, no asisten a la escuela de forma regular.

Para la OIT, si el problema del trabajo infantil es ignorado o si no se aplica adecuadamente la ley que lo prohíbe, los niños que deberían estar en la escuela seguirán trabajando. «Para poder progresar se requiere una acción a nivel nacional y local para identificar y llegar a los niños en situación de trabajo infantil», concluyen.