El actor Hugo Arana manifestó que cada vez le cuesta más llegar a fin de mes, que por eso tuvo que vender el auto y usar una tarjeta SUBE, remarcando que «este es uno de los peores momentos» que le tocó vivir en el país.

«Yo estoy jubilado, cobro once mil y pico de pesos y tengo la obra social de actores. Me operaron del corazón y tomo siete medicamentos por día. Gasto 7.300 pesos por mes en medicamentos, con todos los descuentos de la obra social. Me imagino un jubilado que no tiene trabajo, que es una persona mayor. ¿Cómo hace? Se le va la jubilación en medicamentos», enfatizó Arana.

En una entrevista con radio Rivadavia, el actor contó que tuvo que vender su auto y conseguir una tarjeta SUBE para poder viajar.

«Hace tres años vendí el auto y me manejo sin vehículo porque si hago números es una locura lo que sale el auto. Saqué la tarjeta SUBE y es toda una experiencia. La gente me pregunta ‘qué hace acá’ y le digo ‘estoy viajando’», relató el creador de «Huguito Araña».

Sobre cómo afecta la crisis al ambiente teatral, Arana expresó, haciendo hincapié en los arreglos que hizo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la calle Corrientes.

«Yo estaba en Multitabarís y era tremendo. Después estuve en el Multiteatro y quienes venían en auto lo dejaban a quince cuadras y se tenían que tomar taxi o colectivo para llegar al teatro. No sé en qué se mejoró ensanchando así la vereda de la avenida. Puedo creer que es un negociado, puedo pensar cualquier cosa. Puedo pensar que quieren dar una imagen de Broadway. Pero a como está el país, no le encuentro razones, salvo un negocio de capitales», analizó.

Sobre el gobierno de Mauricio Macri reconoció que no tenía muchas expectativas «pero nadie imaginó que iba a ser tan malo».

«Sacando la época militar, estamos viviendo una de las peores épocas. El año pasado, haciendo teatro en la avenida Corrientes y saliendo a la medianoche, nunca vi tanta gente durmiendo en la calle, hay familias con bebés, te vas enterando de la cantidad de comedores, hay cosas inexplicables, duermen debajo de los techos de las paradas de colectivos», concluyó.