Por Alejandro Maidana

Si bien la necesidad imperante se sustenta en un cambio de paradigma en la manera de producir, distintos grupos de vecinos empujan desde la organización y la conciencia, distintas ordenanzas que puedan alejar los venenos de la vida de las personas.

Es preciso destacar que los agrotóxicos se sirven en nuestras mesas de manera sistemática, sumado a una deriva incontrolable referenciando a las aspersiones, el fin último no debe mutar en sus características, el modelo productivo a base de transgénicos y venenos debe erradicarse de manera definitiva.

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En Cañada de Gómez una ordenanza municipal promulgada en  la década del 80, establece una distancia de 3.000 metros para poder realizar una fumigación. Si bien lo ideal sería propugnar por el cumplimiento de la misma, hoy son solo 150 metros los que separan las aspersiones de los hogares cañadenses. Persiguiendo una extensión de los mismos, el Colectivo “Basta de Fumigarnos” inició una serie de actividades con la intención de seguir avanzando en la toma de conciencia, y explicitando lo nocivo que resulta para la salud, este tipo de prácticas agrícolas.

Para conocer en profundidad sobre la movida que realizó este Colectivo de vecinos, Conclusión dialogó con Aldana López, integrante del mismo. “La feria agroecológica, que siempre cuenta con disertantes y una parte pedagógica sobre el modelo agroindustrial, la solemos realizar en el Parque Ferroviario, pero en esta oportunidad aprovechando el día del niño, decidimos hacerla en la Plaza San Martín, epicentro de las actividades municipales. La idea era poder visibilizar nuestra propuesta, aprovechando lo masivo del encuentro para llegar a más personas”, sostuvo.

Feriantes que desplegaron en tablones sus productos agroecológicos, cartelería y el sueño de torcer un paradigma que nos acorrala de manera incesante, fueron los estandartes de una jornada transformadora. “Con respecto a la cartelería, en su gran mayoría referenciaba el padecimiento de muchos niños de nuestra fumigada provincia, la intención fue muy clara, poder mostrarles a los muchos presentes la realidad que atraviesan los damnificados por los agrovenenos. Fue una jornada muy movilizadora, ya que distintos actores ambientales tomaron la palabra, y aquellos que aún no lo son,  participaron a su manera escuchando interesados en la problemática”.

“Esta semana iniciamos un petitorio con la intención de que ingrese en el Concejo Deliberante de la ciudad en los próximos días, con el fin de lograr una modificación de la ordenanza vigente sobre agrotóxicos”, indicó Aldana.

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La acción que persigue concentrar firmas para darle impulso al petitorio, se seguirá realizando durante diferentes días y en distintos puntos de la ciudad con el fin de que todos los ciudadanos tengan acceso a la planilla.

A continuación el petitorio:

«Desde el Colectivo Basta de Fumigarnos CdG entendemos que:

  • La mayoría de los químicos utilizados en el campo tienen poder biocida, es decir, son tóxicos para la vida, para el ambiente y las personas.
  • Las derivas de las fumigaciones atentan contra la salud y si bien pueden reducirse con un control riguroso, nunca son seguras y en cierta forma son incontrolables (trabajos del Ing. Marcos Tomasoni y el Dr. Damián Marino).
  • Los agrotóxicos utilizados en la producción agropecuaria en los últimos 20 años cambiaron las formas de enfermar y morir de las poblaciones expuestas (campamentos sanitarios de la UNR).
  • Nuestra salud, la de las personas y su ambiente, no se negocia. Exigimos una legislación que nos proteja más allá de los intereses económicos de pequeños sectores.
  • Una producción sin venenos es posible; en ese camino, queremos a los agrotóxicos lejos de los pueblos.

Partiendo de lo aquí expuesto, los abajo firmantes solicitamos al Concejo Deliberante de la ciudad, la modificación de la ordenanza vigente en pro de la protección de la ciudadanía.

Exigimos:

■ Mínimo de 500 metros del límite agronómico; y que también se contemple a las escuelas rurales y los cursos de agua.

■ Depósitos fuera del ejido urbano.

■ Barreras forestales.

■ Demarcación visible y difusión del plano con zonas comprometidas.

■ Circuito de denuncias claro y efectivo.»

Sobre la médula del petitorio, la ambientalista espetó: “El mismo expresa lo que pensamos sobre el modelo agroindustrial actual, propone cuatro puntos que impulsa un mínimo de 500 metros para las fumigaciones. Estamos convencidos que la exigencia debe continuar para seguir alejando las aspersiones de la ciudad, si bien no nos contentamos con 500 metros, 800, 1.000 o más, debemos centrar la lucha en alejar cada vez más los venenos de los hogares”.

Un camino que busca recolectar un importante número de firmas, para de esa manera llegar al Concejo con un necesario respaldo ciudadano. “En lo particular considero de suma valía el involucramiento de la sociedad, ya que lamentablemente el diálogo con el Concejo se congeló de un tiempo a esta parte. Es por ello que la última gran actividad realizada en Plaza San Martín tuvo una necesaria carga de protesta, nuestra ubicación fue estratégica, y si bien mucha fue la gente que receptó nuestro mensaje, otras buscaron interpelarnos desde su actividad en el campo tratando de convencernos de lo equivocada de nuestra postura”, sentenció.

El próximo 25 de septiembre el salón de la UOM de Cañada de Gómez, será sede de una charla debate sobre la incidencia del modelo agroindustrial en nuestras vidas y en nuestra salud.