Por Florencia Vizzi

Marianela tiene 28 años y durante largos meses planeó, junto a su hermana, la concreción de un viejo sueño: un viaje compartido a Tailandia. Pero la realidad torció esos planes y el sueño, en medio de un mundo trastocado por la pandemia de Covid -19, se ha convertido en pesadilla. Hace casi un mes que están varadas en Bangkok, sin ningún tipo de acción de la Embajada argentina, que no sólo no les da respuestas, sino que acaba de cerrar sus puertas sin haber brindado tampoco ningún tipo de asistencia. A día de hoy, con las reservas de dinero prácticamente agotadas, las jóvenes, junto a otros 400 argentinos, no ven ninguna posibilidad de volver ni obtienen ningún tipo de contención ni réplicas de la Cancillería.

«Llegamos a Tailandia el 7 de marzo. Era un viaje con el que fantaseamos hace tiempo y que finalmente se dio. La fecha de retorno a la Argentina era el 1º de abril. Cuando nos fuimos, no nos imaginamos lo que se venía. Solo había un caso en el pais y era un problema de China y de Italia nada más», relató la joven a Conclusión desde Bangkok.

En medio de la recorrida por el país asiático comenzaron a escuchar algunos rumores de un posible cierre de fronteras en Argentina. En ese momento, estaban en Koh Lipe, una isla que está a unos 800 kilómetros de la capital tailandesa.

«Eran solo rumores, no había nada oficial, pero por las dudas decidimos emprender la vuelta. Tomamos un ferry y el primer vuelo que conseguimos, y salimos para Bangkok. Y una vez aquí, tratamos de adelantar el vuelo, pero fue absolutamente imposible porque ya estaba todo sobrevendido«,detalló Marianela .

Uno de las principales dificultades está en que no hay vuelos directos a Tailandia. La ruta es San Pablo, Etiopía, Bangkok. Según explicó la joven, el último vuelo que salió con argentinos desde el aeropuerto de Bangkok fue el 27 de marzo». «Los llevó hasta San Pablo y desde allí pudieron comprar un vuelo de repatriación y pudieron ingresar porque ellos estaban en tránsito cuando salió el decreto del cierre de fronteras. El  próximo vuelo desde Bangkok era el 30 de marzo y ese día pudieron subir todos menos los argentinos. Había gente de Brasil, Etiopía, Uruguay y Chile. Ellos se pudieron ir pero los argentinos no porque no íbamos a poder entrar al país y San Pablo tampoco nos iba a recibir».

A la deriva y sin respuestas

A partir de allí todo comenzó a complicarse cada vez más. Según datos propios de la Embajada, hay entre 400 y 500 argentinos varados en la zona. Pero, por su parte, según contó la joven rosarina, la Embajada se mantuvo prácticamente inmóvil ante el reclamo de todos ellos y no medió ninguna solución con la Cancillería argentina. Y el pasado 20 de abril, la sede diplomática cerró sus puertas y desde entonces la comunicación sólo se realiza por correo electrónico o whastapp.

«Desde el 30 de marzo en adelante, comenzaron a reprogramar los vuelos una y otra vez. Nos reprogramaron para el 1º de abril, lo cancelaron y lo pasaron para 2 de abril, se volvió a cancelar y fue reprogramado para el 4. Desde ese momento, nos dejaron el pasaje abierto pero todos los vuelos siguientes, para el 18 y 24 de abril y para el 1º de mayo fueron reprogramados y cancelados. En todas las ocasiones que esto ocurría, nosotros recurríamos a la Embajada para confirmar y consultar y ellos ni siquiera estaban enterados», remarcó Marianela. Y agregó: «La última de las reprogramaciones que nos dieron es para el 16 de mayo, pero con la advertencia de que no se sabe si se va a poder realizar porque Argentina no está aprobando los vuelos».

Más allá de la falta de respuesta en ese tema, la Embajada tampoco ha respondido en ningún otro aspecto ni ha facilitado ningún tipo de asistencia. Ni siquiera contestaron los formularios de ayuda económica que enviaron algunos de las argentinos varados en el país asiático.

«Es una situación desesperante. No hemos logrado ni siquiera ayuda para conseguir hospedaje, que se vuelve cada vez más dificil. Las asistencias económicas, que supuestamente están derivadas a cada embajada, acá no llegan porque directamente no responden los pedidos ni los correos. El 20 de abril recibimos un último comunicado en el que se nos avisaba que la Embajada cerraba sus puertas y que toda comunicacion quedaba vial mail o whatsapp, y no están contestando los correos».

El problema del alojamiento y la cuestión económica

Una situación que se complejiza día a día es, entre muchas otras, es conseguir una vivienda.

«Los alquileres son por 10 o 15 días en los lugares turísticos. Nos saldría más barato alquilar por más tiempo, pero es muy dificil de conseguir y como tampoco sabemos hasta cuando vamos a estar, se complica más», se lamentó la joven.

«En muchos lugares, para alquilar una habitación o departamento, también exigen el certificado de No Covid, y tramitarlo en un hospital tiene un costo de entre 70 y 100 dólares y dura tan solo 3 días».

Si bien entre los muchos argentinos que esperan volver tratan de ayudarse y pasarse datos, a medida que este presente se extiende en el tiempo se torna cada vez más dificultoso. «Muchos no nos alquilan o no nos quieren porque somos turistas y ya no nos ven con buenos ojos. Al principio la mayoría nos habíamos alojado cerca de la Embajada, pero como cerró, nos vamos moviendo hacia otros lugares que podamos pagar».

Además, en tanto esperan que se presente la posiblidad de volver, el dinero también se va agotando. Y también hay personas que, como en el caso de Marianela, sino trabajan no cobran. «Otros están peor, hay gente que se enteró aquí que se quedó sin trabajo, o que necesit medicamentos y no los puede coneguir o no tiene el dinero para comprarlos. A esto, hay que sumarle que todo lo que compramos tiene un 30% extra por los impuestos, y esotampoco ayuda».

Angustia constante

«Hace casi un mes que vivimos en angustia constante. No sabemos con qué nos vamos a encontrar cuando nos levantamos. Empezamos el día viendo si hay que salir a buscar alojamiento y seguimos con el tema de los vuelos y esperando noticias. Nos anuncian un probable vuelo que después no se hace y ahí arrancamos todo de nuevo».

En ese sentido, Marianela también explicó que tampoco se pueden probar otras opciones de regreso, por ejemplo, ir por sus propios medios a San Pablo y tratar de volver desde allí, porque para eso la aerolínea exige tener un vuelo si o sí aprobado por la Anac ( Administración Nacional de Aviación Civil) con destino a Eziza, sino no pueden subir a ningún avión.

Por último, la joven pidió por favor que alguien escuche a todos los argentinos que quedaron varados en la ruta asiática. «Se nos agotan los recursos y ya no tenemos a quien recurrir, estamos desesperados».