Por Alejandro Maidana

Desde hace poco más de 10 años el avance y la presión extractivista del litio, se ha concentrado en el territorio que refiere a la Puna Argentina. Esto es así, porque las provincias que la integran, Jujuy, Salta y Catamarca, se encuentran dentro de la región de Atacama, definida por el capital como el “Triángulo del litio”. El denominado “triángulo” comprende el norte de Chile y Argentina, y sudeste potosino de Bolivia.

La parte que le corresponde a Argentina, en la zona que comprende a las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy, el proyecto extractivo de más largo plazo que existe en nuestro país, tiene como figura a la empresa norteamericana Livent, afincada en el salar de “hombre muerto”, y que lleva más de 25 años de explotación de litio en los salares.

Cabe destacar que, en Jujuy, más precisamente en la Cuenca de Olaroz y Cauchari, la empresa “Sales de Jujuy” de la cual participa la firma australiana, Allkem, la conocida Toyota y una empresa estatal como Hensel. Este es el segundo proyecto que podemos mencionar en la región que data aproximadamente del año 2014, sumado a un tercero que está iniciando su explotación en la región en la actualidad.

La promesa de “salir de perdedor” a través de la explotación del denominado oro blanco, vuelve a colocar a la Argentina en el eje de una política extractiva que solo suele derramar migajas a través de las regalías, profundizando la primarización de la economía, y sin un horizonte transformador. Los distintos gobiernos que se ha sucedido en la conducción, se han aferrado a la comodidad del extractivismo, descuidando de sobremanera el enorme pasivo socioambiental y las necesarias transiciones.

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Aportando un nuevo dato de manera introductoria, es preciso insistir en la enorme problemática que refiere la subfacturación del litio en nuestro país. En 2022, Argentina dilapidó 2600 millones de dólares, y continuamos perdiendo 683 millones debido a la falta de consideración del litio como commodity y la ausencia de regulación y control. Otro problema crítico, es la falta de transparencia en las inversiones en la industria del litio en Argentina.

Una realidad tan alarmante como preocupante, por ello el avance de nuevas exploraciones, en este caso en territorio bonaerense, debe interpelar en profundidad a quienes conducen los destinos de una tierra expoliada que tiene de manera sistemática una única meta, impulsar la llegada de dólares para el pago de una fraudulenta deuda externa. Siempre al calor de la agenda del FMI, y lejos de la matriz productiva con valor agregado que tanto se necesita para poder cobijar a un pueblo que sigue contemplando la fiesta de unos pocos desde el patio trasero.

¿Litio en la provincia de Buenos Aires?

Este proyecto surge a partir de estudios previos realizados por la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional del Sur, se convirtió en una iniciativa que entusiasma al Ministerio de Producción de la provincia. El impulso para esta investigación provino del Consejo Federal Minería, y se basa en la exploración de depósitos de arcos volcánicos antiguos, una característica geológica que se encuentra en la historia geológica de Buenos Aires y que podría albergar el codiciado litio.

Quién brindó detalles concretos sobre la exploración de litio en tierras bonaerenses, fue el licenciado en Geología Gian Filippetti, experto en la materia que destacó que el litio, “se encuentra comúnmente en depósitos pegmatíticos, que son rocas magmáticas enterradas. Esta afirmación abrió una puerta de esperanza en el mundo de la minería, ya que las rocas plutónicas presentes en la provincia podrían albergar estos depósitos”, según contó en el periódico de Necochea Cuatro Vientos.

No obstante, Filippetti advierte que aún es prematuro afirmar categóricamente que existe litio en la provincia de Buenos Aires. “La geología es una disciplina que requiere cautela y apertura mental, y es por eso que el gobierno bonaerense ha decidido dar luz verde a este convenio de investigación en busca de precisiones y respuestas definitivas”.

Los estudios del Segemar se centrarán en diversas áreas de la provincia, incluyendo el sistema de tandilia, el sur y el sudoeste. La primera etapa, conocida como prospección, tiene una duración estimada de cuatro meses. Esta fase inicial permitirá identificar áreas con “anomalías” geológicas que podrían indicar la presencia de litio o ETR. Una vez identificadas estas zonas, se realizarán pozos de exploración, se extraerá material y se analizará su composición química, en busca de confirmar la existencia de estos valiosos minerales.

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Los Elementos de Tierras Raras, compuestos por 17 elementos químicos que se encuentran en concentraciones muy bajas en la naturaleza, son de gran importancia en la industria moderna. Se utilizan en la fabricación de imanes, componentes de dispositivos electrónicos como celulares y baterías, así como en la construcción de turbinas eólicas y paneles solares. Estos elementos son esenciales para la tecnología contemporánea y futura, y actualmente su producción se concentra principalmente en China. La posibilidad de encontrar ETR en la provincia de Buenos Aires representa una oportunidad única para diversificar la economía local y contribuir al suministro global de estos elementos estratégicos.

La minería en la provincia de Buenos Aires es una actividad con una larga tradición, pero que se mantuvo estancada durante décadas. A pesar de este estancamiento sigue siendo económicamente relevante. Es por ello que la posibilidad de que albergue estos valiosos minerales ya ha generado grandes expectativas en la comunidad minera y en las autoridades provinciales.

Si se confirma la presencia de litio y ETR, la provincia podría convertirse en un jugador clave en la producción global de estos minerales esenciales para la tecnología moderna y la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. “Es fundamental conocer todo nuestro potencial geológico minero”, subrayan las autoridades mineras bonaerenses. “La investigación en curso representa una oportunidad única para explorar y aprovechar los recursos naturales de una manera sostenible y responsable, abriendo la puerta a un futuro promisorio para la industria minera en esta región”, indicaron.

En resumen, las exportaciones de carbonato de litio en Argentina continúan enfrentando un desafío crítico relacionado con la subfacturación y la falta de transparencia en las operaciones. Esta situación requiere una acción inmediata por parte de las autoridades para garantizar el cumplimiento de las regulaciones existentes y promover el crecimiento sostenible de esta industria crucial para el país.