“Hay pocas cosas más subversivas que un abuelo hablando, diciendo, semillando la palabra. El agronegocio lo sabe y se empecina en fumigarlo, desmontarlo, es su maleza preferida porque sabe que es un antiguo algarrobo, espinillo o pewen con raíces milenarias y la mejor bueneza, esa que alimenta los pueblos y le fecunda la memoria”- Desvío a la Raíz

Han obligado a los pueblos a transitar el camino de la desmemoria y el olvido. Un derrotero amigo del mercado y enemigo de todo aquello que busque rebrotar desde la tierra sabia y desprendida de todo negocio que busque alterar su límpida matriz.

Sin embargo, aquellos que se han mantenido siempre de pie y fortalecidos como el roble, no cedieron jamás en la lucha por volver a esa agricultura aferrada a la semilla y la memoria. Avanzar sin desesperar, construir sin volatilizar, moverse por debajo de manera silenciosa pero sostenida, como la raíz que se hermana con la humedad de la tierra.

La Red de Agricultura Ancestral es por estos días una notable alternativa que nos muestra con suma claridad y sin estridencias, que se puede cultivar sin venenos y avanzar de manera colectiva. Lo que iniciarían familias rurales y urbanas,  labrando y rebrotando la cultura e identidad en Desvío Arijón, hoy es se expande de manera sostenida por toda la provincia de Santa Fe.

>Te puede interesar: Desvío a la Raíz: un lugar en donde la agricultura ancestral rebrota

Timbúes es una población cercana a la ciudad de Rosario, fumigada y contaminada casi a placer, encontró una forma saludable de empoderarse y mostrar una colectora a tanto desprecio por la vida. Campo Febre se encuentra en el kilómetro 338 de la ruta 11, este sería el lugar elegido para convocar a la primera jornada de agricultura ancestral en el lugar.

Para conocer detalles sobre la organización y la médula del encuentro, Conclusión dialogó con José Febre, anfitrión del espacio. “El balance de este primer encuentro fue muy positivo, esta red abraza a diferentes pueblos y ciudades, entre ellos Rosario, Andino, Bermúdez, Oliveros, Arroyo Leyes, Desvío Arijón y Timbúes. Todos los integrantes tenemos la certeza de que la única manera de escaparle a este sistema productivo, es volver a la semilla para recobrar la memoria, la identidad y la cultura fumigadas”, sostuvo.

“El legado de nuestros ancestros, de nuestros abuelos, hoy vuelve a rebrotar. Distintos artistas han engalanado la jornada, al igual que la oferta de distintos productos orgánicos y de elaboración casera como por ejemplo, frutas y verduras, vinos pateros, licores, vinagres, mermeladas, budines, plantas y variadas artesanías que coparon los muchos stands”, concluyó Febre.

La Feria Campesina nos regala el más variado de los aromas y el más profundo de los sabores, pero por sobre todas las cosas, nos acerca de una manera respetuosa a nuestra tierra. “Esta es una maravillosa manera de discutirle a la problemática que nos acorrala, el encuentro entre pueblos ha generado una respuesta concreta para poder  fortalecer lo cultural y demostrar que existe otra manera de producir”, palabras de Jeremías Chauque, alguien que supo dar el puntapié inicial tiempo atrás en Desvío Arijón.

“Esta construcción es por sobre todas las cosas colectiva, algo que también ha sido fumigado en los pueblos. En nuestro caso, somos 30 familias que participamos de la producción en “Desvío a la Raíz”, antes este tipo de cosechas era algo habitual, es por ello que pretendemos ser un puente para unir nuevamente la memoria”, relató el agricultor.

Celebrar el reencuentro es una pieza fundamental de la Feria Campesina, “lo sucedido en Campo Febre nos llena de felicidad, ya que pudimos encontrarnos alrededor del fogón, que no es otro que la agricultura sin agrotóxicos, para llevarnos la responsabilidad de poder sostener todo esto. Cuando uno habla de vida, no sólo hay que defenderla, hay que multiplicarla”.

De a poquito, así construye la hormiga, y éste es el ejemplo del que han hecho un culto todos aquellos que participan de esta Red de Agricultura Ancestral.