Cada 25 de abril se conmemora a nivel mundial, el Día Internacional de la Lucha Contra el Maltrato Infantil. Un flagelo que ha existido desde el principio de los tiempos y está presente en todas partes del mundo, abarcando todos los estratos sociales.

El maltrato infantil es amplio e incluye, dentro de este término, al maltrato físico, psicológico, abuso sexual, negligencia y la explotación laboral o comercial. Destacando que, desde hace ya varios años, también se engloba como forma de maltrato infantil a la exposición que sufren muchos niños o adolescentes a episodios de violencia doméstica o de género.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el maltrato infantil se define como “cualquier forma de abuso o desatención que afecte a un menor de 18 años que vaya o pueda ir en perjuicio de la salud, el desarrollo o la dignidad del menor o poner en peligro su supervivencia en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.

Tipos de abuso:

Físico: cualquier acción intencional que provoque daños físicos, visibles o no, como quemaduras, golpes, pellizcos, fracturas, etcétera.

Psicológico: cualquier actitud que provoque sentimientos de descalificación o humillación.

Por negligencia: la no protección ante riesgos y la no atención de sus necesidades básicas.

Abuso sexual: el ejercicio abusivo de poder que implica la satisfacción sexual de quien lo ejerce, en detrimento y desconocimiento de la voluntad del otro.

Otra manera de exponer a los niños a situaciones de violencia es cuando estos son testigos de maltrato a terceros. Se considera que las consecuencias son similares a aquellos que experimentan los que viven la violencia de manera directa.

Según los datos de Unicef, en Argentina solo 3 de cada 10 hogares crían a sus niños sin ningún tipo de violencia. Sus encuestas relevaron que en el 63% de los hogares se utiliza agresión verbal hacia los niños, en el 40% algún tipo de castigo físico y en un 10% castigos físicos severos.

Durante siglos existió una disposición social para tolerar la violencia hacia los hijos. Incluso hoy en día muchas personas aprueban los castigos físicos como medida disciplinaria, aunque sepamos que ese tipo de prácticas lo único que enseña es a resolver los conflictos de manera violenta, y a aceptar que hasta las personas que más queremos nos pueden lastimar. Al día de hoy, 7 de cada 10 chicos en nuestro país son disciplinados de forma violenta.

Estadísticas en Argentina

En nuestro país contamos con la línea 102, un servicio especializado de orientación y escucha para niñas, niños y adolescentes, gestionado e implementado por los gobiernos provinciales para que víctimas menores de edad puedan contactarse ante una situación de vulneración de derechos. También se reciben consultas de adultos sobre problemáticas puntuales que afectan a las niñeces y adolescencias.

En febrero del año pasado, la ex-Secretaria Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) presentó en un informe sobre los datos de la Línea 102 correspondientes al año 2022.

A nivel federal, se recibieron un total de 39.409 llamadas pertinentes dicho año. Del total, 15.431 fueron consultas para información u orientación que no requirieron la articulación con otro actor del Sistema de Protección Integral de Derechos, mientras que 23.770 sí requirieron su intervención.

El 21,3 por ciento de las llamadas por situaciones de violencia fueron por maltrato físico, seguido por negligencia (15,5%), abuso sexual (7,5%) y niñas, niños y adolescentes que fueron testigos de violencia (3,7%).

En la última Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes llevada a cabo por UNICEF Argentina entre 2019 y 2020, se reveló que el 59% de chicas y chicos entre 1 y 14 años experimentó prácticas violentas de crianza, mientras que el 42% experimentó castigo físico, incluyendo formas severas como palizas y golpes con objetos, y el 51,7% agresión psicológica como gritos, amenazas, y humillaciones.