Nueve de cada 10 abusos sexuales a menores son cometidos por personas que pertenecen a su entorno, según reveló un trabajo estadístico de una ONG especializada en la temática.

La investigación por los presuntos abusos sexuales cometidos por el fisicoculturista Carlos Colosimo forma parte de un flagelo que tiene víctimas menores de edad vulneradas y vejadas por adultos que pertenecen a su entorno.

Las estadísticas sostienen que estos «enemigos íntimos» perpetran 9 de cada 10 casos de los delitos contra la integridad sexual de chicos que llegan a la justicia, de los cuales apenas uno termina con una condena contra el agresor.

«Cuando hablamos de enemigos íntimos nos referimos a personas del ámbito muy cercano de las niñas y niños», dijo María Elena Leuzzi, titular de la Asociación de Víctimas de Violaciones  (AVIVI), según publicó este sábado el diario Popular.

«Pueden ser padres, padrastros, tíos, vecinos, padres de sus amigas de colegio, docentes y cualquiera que forme parte del mundo del menor abusado. La realidad marca que de cada 10 hechos que se denuncian, 9 son con estas características, que ahora tiene al fisicoculturista detenido. Se debe sumar que sólo uno llega a juicio con condena. La impunidad para los violadores es absoluta», agregó.

De acuerdo a la investigación llevada adelante por el fiscal Eduardo Vaiani, del Departamento Judicial de San Isidro, Colosimo está bajo sospecha de aprovecharse de amigas de su hija, con un promedio de edad de 12 años, sometiéndolas a distintos actos obscenos, como manoseos.

El propio Colegio Nuestra Señora del Refugio, donde asisten las víctimas, aclaró que son varias las niñas que lograron contar lo sucedido.

«Se tiene que comenzar a trabajar de manera seria en relación a los abusos sexuales que prácticamente no son prevenidos por el Estado y sus organismos, por ejemplo en la escuela los docentes deben recibir capacitaciones para captar las señales de que un niño está siendo abusado y cortar de inmediato esa situación. Hoy los chicos abusados no son escuchados, son ignorados, y esa impunidad para actuar es bien conocida por los pedófilos«, explicó Leuzzi.

Según expresó la experta, «hay que comenzar a trabajar en las aulas de jardín de infantes con la ley sobre educación sexual integral, que obliga a realizar un seguimiento profundo de estas cuestiones, porque caso contrario, la herramienta que tenemos es letra muerta, ya que no se implementa, entonces los docentes no se sienten respaldados al momento de denunciar o alertar».

«Y cuando se denuncia, tenemos a nenas que vuelven a ser victimizadas, esta vez por el sistema. En el caso del fisicoculturista, hay seis chiquitas que van a tener que revivir todo el horror. La porquería que padecieron, frente a psicólogos, para que luego se evalúe si dicen la verdad, por agentes judiciales que no tienen ninguna preparación y muchas veces declaran la falta de pruebas para la acusación, o bien archivan los expedientes», dijo Leuzzi.

Finalmente, la titular de AVIVI manifestó que «en el caso de Colosimo se registra también un hecho que no es menor, porque se trata de una persona que tiene suficientes recursos económicos para pagar abogados que se dediquen full-time a la causa, entonces las víctimas quedan más desamparadas, y bastardeadas por el sistema, al punto que muchas veces son acusadas de mentir».