Según lo anunciado el 23 de diciembre último por la Casa Rosada, los consumidores se beneficiarán con esa rebaja mientras que a las petroleras se les aplicará una reducción de impuestos y estímulos para la producción y exportación.

También se reducirá el valor del barril que pagan la refinadoras – deberán trasladarlo a las estaciones de servicio- y ningún sector podrá despedir trabajadores, de acuerdo con el acta que selló el Gobierno con gobernadores y empresarios y sindicalistas del sector.

Esos estímulos serán financiados por el ahorro fiscal que significará la baja internacional del petróleo, ya que la Argentina importa unos 20.000 millones de litros anuales de nafta y gasoil.

El plan que desde mañana se hará efectivo consiste en una baja del 5% en los precios locales de las naftas y el gasoil en todas las estaciones de servicio.

También, incluye un descenso de 7 dólares en el valor del barril de crudo pesado y liviano (que se ubicará en torno a los 70 dólares) lo cual impactará en toda la cadena de comercialización.

Las productoras de crudo trasladarán la baja en el barril a las refinadoras y estas últimas abaratarán en la misma proporción a las estaciones de servicio, para que estas no pierdan rentabilidad y sostengan sus plantillas de empleados, según explicó el Gobierno.

La presidenta Cristina Kirchner se mostró muy entusiasmada por esta decisión y lo dejó plasmado en su cuenta en la red social

Twitter: «Decidimos bajar un 5% el precio de todos los combustibles a partir del 1 de Enero. Decime, cualquiera sea la edad que tengas, vos te acordás de alguna vez que cuando bajaba el precio del petróleo bajaba el precio del combustible?» Nunca». sostuvo la mandataria.

Pero la medida fue muy criticada por los expendedores, quienes advirtieron que perjudicará la rentabilidad de las estaciones de servicio, a pesar que el Poder Ejecutivo garantizó que ello no sucederá.