La sequía y la falta de lluvias que se registra los últimos meses en Entre Ríos, calificada como la peor de los últimos 60 años, causó la pérdida del 20% de la soja sembrada en esa provincia, según el informe de la Bolsa de Cereales local.

El 2022, según la entidad bursátil, fue el año «más seco de los últimos sesenta» períodos, el trienio 2020/21/22, se destaca como el más seco «jamás observado» y por la «imposibilidad de siembra y la pérdida de hectáreas sembradas, se detectó una caída de aproximadamente el 20 % (212.000 ha)».

El informe aseguró que los productores entrerrianos no lograron completar la intención planificada de 1.060.000 hectáreas de soja, y que se detectaron lotes perdidos por la escasa humedad en los primeros centímetros del suelo.

>Te puede interesar: Por la sequía, la producción de soja caerá 13% y la cosecha de trigo un 44%

Los registros pluviales en Entre Ríos se posicionaron entre los más bajos de los últimos 60 años en gran parte de la provincia, donde también las lluvias caídas llegaron a ser hasta seis veces menos de lo que normalmente debe llover.

Ese escenario de pocas precipitaciones y temperaturas por encima de lo normal, provocó una casi nulidad de reservas hídricas y un marcado avance de la sequía en el suelo entrerriano.

Por lo tanto, la Bolsa sostuvo que más de la mitad de lo implantado se encuentra en regular o mal estado, y lo que se encuentra en buena condición presenta estrés hídrico y menor desarrollo que el normal.

El estado fenológico de soja de primera se ubica desde tres hojas totalmente expandidas (V3) a comienzo de floración (R1), con sólo el 2% en un estado considerado muy bueno, un 47% bueno, y el 51% restante entre regular y malo.

Este último sector presenta lotes con problemas de implantación, escasa densidad de plantas por hectárea, mal desarrollo, y severos síntomas de estrés hídrico y térmico.

En tanto, la soja de segunda se ubica desde emergencia (Ve) a cuatro hojas totalmente expandidas (V4), con el 3% en muy buena condición, un 32% en buen estado; y un 65% en regular y mala condición.

En la provincia se detectaron lotes con bajo número de plantas por hectárea, y zonas dónde directamente no hay cultivo, ya que las plántulas nacen y se secan al no disponer de la humedad necesaria.

Incluso los lotes que están creciendo cuentan con escaso desarrollo y una gran presencia de síntomas de estrés hídrico y en ningún caso ha logrado cerrar el entre surco.