“El objetivo es conformar un trabajo interdisciplinario a través de redes institucionales en pos de brindar un servicio de atención que contemple las necesidades de cada usuario como sujeto de derechos, integrante de un entramado social complejo”, le dijo a Conclusión Ignacio Cárcamo.
Los dispositivos persiguen objetivos que abordan la contención en lo cotidiano y el fortalecimiento de procesos de autonomía. Se trabaja articuladamente con efectores o equipos de trabajo interdisciplinarios, que tienen la responsabilidad de la direccionalidad de la intervención, ya sea clínica o estratégica de las personas alojadas.
“El poder vivir o pasar la noche en un ambiente cuidado, acompañado por profesionales y en condiciones de estabilidad, es fundamental para desarrollarse o participar de tratamientos específicos”, contó Georgina Teglia.
La finalidad de estos espacios no es solucionar un problema habitacional, sino aportar al sujeto condiciones mínimas: o bien para sostener un tratamiento (en el caso de Centro de Noche), o una cotidianidad saludable desde la cual relacionarse con el mundo (en el caso de “Casa Puente” y “El Chalecito”).
“Consideramos que el Estado es el garante último de estos derechos, y que las organizaciones sociales deben involucrarse para que sean garantizados”, relató Cárcamo.
Es por ello que una gestión conjunta es el mejor modo de trabajo. Las tres instituciones funcionan todos los días del año, con acompañantes convivenciales que garantizan un territorio afectivo donde las intervenciones sean enriquecedoras.
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