La publicidad irrumpe en la vida de los consumidores de forma constante y a través de distintos medios de comunicación y redes sociales. En muchos casos dichas publicidades son engañosas o están prohibidas por ley. Para conocer los detalles de la legislación y así evitar caer en el engaño de las estrategias de marketing, la abogada Lucía Aguilar de la Oficina de Asesoría al Consumidor explica todos los detalles.

Las empresas o proveedores realizan importantes estrategias publicitarias que tienen como finalidad llegar a la mayor cantidad de consumidores para posicionar su producto o marca.

La publicidad es una estrategia de marketing con un objetivo claro, vender. Para ello, las empresas utilizan distintos medios y argumentos para lograrlo.

En ese sentido, los consumidores se encuentran en una posición de desventaja frente a los proveedores, por lo tanto es esencial que se los proteja a través de determinadas normativas que se encuentran plasmadas en la ley de defensa al consumidor y en el Código Civil y Comercial.

¿Qué regula la normativa? La ley prohíbe la publicidad que contenga:

– indicaciones falsas que induzcan al error al consumidor o que lo puedan inducir, si recae sobre elementos esenciales del producto o servicio (publicidad engañosa propiamente dicha).

– cuando se hagan comparaciones de bienes o servicios que conduzcan a error

– cuando sea abusiva, discriminatoria o induzca al consumidor a comportarse de forma perjudicial o peligrosa para su salud o seguridad

En estos casos la legislación permite que los consumidores afectados puedan accionar y solicitar a un juez que cese esa publicidad. Por otra parte, la Dirección de Comercio interior podría aplicarle una multa a la empresa responsable de la violación a la ley de defensa del consumidor.

Los ejemplos habituales para entender de qué se trata la publicidad engañosa se puede mencionar, las promociones de dos productos al precio de uno (cuando no estaba detallada la fecha de finalización), aires acondicionados en ofertas que no están en stock, promesa de internet más rápida que en realidad no lo es, y muchos más.

Otras publicidades tienen que ver con productos que prometen bajar de peso en muy poco tiempo, o aparatos que esculpen el físico de una forma excepcional, y así podemos seguir de forma interminable.