El 7 de enero de 1919 comienzan en Buenos Aires los disturbios y la brutal represión recordada como la Semana Trágica, que costó la vida de cientos de trabajadores y miles de heridos y detenidos.

El conflicto se desató por una larga huelga organizada por anarquistas en la fábrica metalúrgica Talleres Vasena (una de las más importantes del país) en reclamo de mejores condiciones laborales. Hubo graves incidentes entre los trabajadores y los llamados grupos de choque que respondían a la patronal y que a su vez estaban enfrentados con el gobierno de Hipólito Yrigoyen.

Los cálculos de la época sostienen que hubo unos 700 muertos y miles de heridos –entre ellos mujeres y niños–, aunque no hubo cifras oficiales.

La represión de La Semana Trágica es considerada como la más brutal y sangrienta de la historia de la Argentina contra los trabajadores que reclamaban por mejoras en sus condiciones laborales.

La causa del conflicto

Como medida de fuerza, los trabajadores habían tomado los Talleres Vasena para hacer visible su reclamo. Pedían, entre otros derechos, reducir la jornada laboral de once horas a ocho.

Primero, el gobierno radical aceptó el pedido de los obreros, pero al no llegar a resultados con el sector anarquista de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), y además de que se agregó la intervención sumamente violenta de grupos nacionalistas, se generó una escalada de violencia nunca antes vista contra los trabajadores en el país.

Cabe recordar que con la llegada a la presidencia de Yrigoyen en 1916 se aplicaron cambios que favorecían a los trabajadores y a la organización sindical.

Además, la economía planteada por el gobierno radical era de corte nacionalista, lo que iba en desmedro de los intereses británicos y, en consecuencia, de la oligarquía argentina.