Un sacerdote francés se convirtió en el héroe del incendio de Notre Dame. Jean-Marc Fournier, capellán de la brigada de bomberos de París, salvó el Santísimo Sacramento y la Corona de Espinas de la catedral en llamas ayer por la noche cuando entró con los bomberos.

Se temía que ambos artefactos religiosos se perdieran debido al fuego que afectó ayer a la icónica catedral de París. La corona de espinas, que habría usado Jesús cuando fue crucificado y se guardaba en una caja, es una de las tres reliquias conservadas en Notre Dame, además de una parte de la cruz y un clavo.

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Según historiadores, durante las Cruzadas en 1238, el emperador latino de Constantinopla se la dio al rey Luis IX para ganar su apoyo y tratar de preservar su imperio en ruinas.

Aunque la corona se salvó del fuego anoche, un pequeño fragmento de ella se mantuvo en la aguja y, por lo tanto, se cree que se quemó hasta convertirse en cenizas, según The Daily Mail.

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«El padre Fournier es un héroe absoluto», dijo un miembro de los servicios de emergencia. «No mostró ningún temor cuando entro en la catedral para buscar las reliquias y se aseguró de que fueran salvadas». «Se ocupa de la vida y la muerte todos los días, y no muestra miedo».

El padre Fournier también participó en la atención de las víctimas de un famoso ataque terrorista perpetrado en Paris en 2015. El cura entró en la sala de conciertos Bataclan, luego de que un terrorista de Estado Islámico asesinara a 89 personas. El sacerdote oró por los muertos y consoló a los heridos y las familias de las víctimas.