Zavalla es un pueblo pequeño, de los muchos que hay en la provincia e incluso de una estructura similar a varios de ellos. Pero vive una etapa de expansión a partir del impulso de la obra pública que ha decidido llevar a cabo la gestión de Guillermo Rajmil, presidente comunal de esa localidad, para paliar lo que previeron sería «un año duro económicamente».

«Ni bien asumimos teníamos la visión de que el ciudadano tenía que quedarse a vivir acá y no irse por no poder comprarse un terreno», señaló Rajmil a Conclusión en su oficina de la comuna zavallense.

«Por eso armamos plan único en provincia articulando sector privado y público», dijo a Conclusión, y explicó: «El dueño de la tierra pone justamente eso, ahí aparece la comuna y articula un convenio, hace la obra, el propietario se queda con una parte y la comuna con otra parte».

Y agrega que «sólo pueden ser adjudicados por gente del pueblo, no es un regalo, cada cual lo tiene que pagar, así la clase media puede quedarse a vivir en Zavalla».

El presidente comunal también destacó la nueva parada de colectivo, un viejo reclamo de los vecinos, que en un principio existía como refugio para quienes esperaban el ómnibus, y con el tiempo por decisiones políticas se clausuró.

«Hoy lo hemos reinaugurado con actualizaciones y modernizaciones», dice el intendente y muestra la habitación con monitoreo de las líneas, baño y comodidades para quienes aguarden para transportarse.

El plan de obra pública que impulsaron este año también incluye «20 cuadras de mejoramiento de cordón cunetas» adita el funcionario zavallense, quien se encargó de destacar también obras como la quita del basural y la reurbanización de las dos hectáreas que abarcaba, o la ecogranja que brinda flores y color a distintas partes del pueblo y «además da trabajo», dice Rajmil.