Las medidas de confinamiento y las restricciones a los viajes definidas para mitigar el avance de la pandemia de coronavirus causaron enormes pero muy breves mejoras en la calidad del aire y un descenso de la contaminación, informó hoy la ONU.

Un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial de la ONU (OMM) indicó que las restricciones impuestas por la Covid-19 el año pasado mejoraron de forma temporal la calidad del aire en numerosos lugares, sobre todo en zonas urbanas.

Sin embargo, al mismo tiempo provocaron un aumento de algunos contaminantes dañinos para la salud y con un impacto poco claro sobre el cambio climático.

«La Covid-19 demostró ser un experimento sobre la calidad del aire no planeado», dijo el jefe de la OMM, Petteri Taalas, en un comunicado, en que detalló que «condujo a mejoras temporales localizadas».

Pero «la pandemia no sustituye a una acción sostenida y sistemática para atajar a los principales causantes de la contaminación y del cambio climático, así que hay que salvaguardar la salud tanto de la gente como del planeta», matizó.

La contaminación atmosférica, sobre todo la causada por micropartículas, afecta especialmente a la salud de los humanos y está relacionada con millones de muertes cada año.

Los análisis en decenas de ciudades de todo el mundo mostraron caídas de hasta el 40% en las concentraciones de partículas pequeñas durante el periodo de confinamiento total, en comparación con los mismos períodos de 2015-2019.

Es decir, que la calidad del aire mejoró aunque volvió a empeorar cuando las emisiones contaminantes se dispararon tras el levantamiento de las restricciones.

Pero, aunque las emisiones provocadas por los humanos bajaran, los episodios climáticos extremos provocados por el calentamiento global «generaron unas tormentas de arena y polvo sin precedentes y unos incendios forestales que afectaron a la calidad del aire», señaló la OMM.

Además, la merma de algunas micropartículas puede acelerar el cambio climático, como las que tienen sulfuro -que ayudan a enfriar la atmósfera-, explicó Oksana Tarasova, que dirige la división de Investigación Atmosférica de la OMM.

Además, en los lugares donde las emisiones causadas por los humanos cayeron, se registró un aumento del nivel de ozono, que puede ser peligroso para la salud humana en capas bajas de la atmósfera.