Todo aumenta y no es novedad. Los porcentajes asustan pero sorprenden cada vez menos y los precios están desfasados, sin relación entre costo y producto o servicio y en el medio: el trabajador que pasa de la confusión a la incertidumbre y parece que nunca llegará tranquilidad al bolsillo. Hace días, la empresa Aguas Santafesinas anticipó que buscará aumentar la tarifa en un 60 por ciento durante el 2019. Conclusión dialogó con integrantes de la Unión Obreros y Empleados Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos de la República Argentina (Uoetsylra) y con un empresario del rubro de lavaderos industriales para saber (o ratificar) las consecuencias que sufrirá el sector si se confirma esta suba de agua.

El martes, la firma presentó el pedido ante el Ministerio de Infraestructura y Transporte de la provincia y solicitó la suba, que de aprobarse será aplicada en dos tramos; uno en el primer bimestre de 2019 (30%) y otro en el tercer bimestre (30%). A partir del pedido, el gobierno tiene 45 días para validarlo o no.

El director del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), Oscar Urruty, fijó dos fechas de audiencias públicas: en Rosario será el 28 de noviembre en la sede de Gobierno de San Lorenzo y Moreno; y en la ciudad de Santa Fe, el 29 de noviembre.

En diálogo con Conclusión, Emiliano Rodríguez, referente gremial de la Unión Obreros y Empleados Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos de la República Argentina (Uoetsylra) sostuvo: «Aparte de este incremento del agua, a los lavaderos industriales le quieren aumentar el API. Nuestra actividad se dividen en 3 partes: lavanderías que trabajan con ropa de familia; lavaderos industriales que trabajan con sanidad y restaurantes, sanatorios, mantelerías y hotelería y la otra parte de lavaderos que hacen pre-lavados y lavadero de jean. Este último sector es el más afectado. La baja del consumo y los productos que utilizan son a precio dolar; es un combo entre esto y el costo de los servicios».

Respecto a las complicaciones en el sector en cuanto a despidos, Rodríguez contó que hubo algunos despidos el año pasado, pero «tratan por todos los medios de que no haya mas».

«Si siguen aumentando de esa manera los servicios pueden cerrar locales. El trabajo bajó el 30 por ciento, lo que ocurre es que en realidad trabajo hay, pero los costos son tan altos que no rinde lo que se trabaja»

Por su parte, el dueño de un importante lavadero industrial, José María Cullen, detalló la situación de constante complicación que sufre el sector por los aumentos y la baja de trabajo.

«Si llega a subir un 60 por ciento el agua es una locura. Vamos a suponer que la inflación de este año sea de un 45 por ciento, las actualizaciones de precios que estamos teniendo en nuestro sector es un 35 por ciento como máximo; es decir, que el rubro nuestro va a perder diez puntos aproximadamente», expresó.

Ninguna empresa como la nuestra va a poder actualizar el tema inflacionario. Tenemos variables que son fundamentales: la mano de obra, la luz, el gas y el agua y subieron más que la inflación. Si el agua aumenta un 60 por ciento es un golpe muy fuerte.

En tanto, el empresario enfatizó que como lavadero industrial tienen «dos boletas relacionadas al agua; una es la boleta de agua propiamente dicha y la otra el vuelco (desagüe cloacal), ya que no tomamos agua de la red, tenemos perforaciones y usamos lo que se llama agua pesada. Pero nos aumentaría el vuelco».

Para los locales de lavandería sí va a ser un golpe tremendo porque ellos sí utilizan agua de red.

En el caso de los lavaderos industriales, el referente explicó un ejemplo donde deja claro que el bajo consumo en general, afecta a todos los eslabones involucrados: «Nosotros trabajamos con confiterías y restaurantes, trabajamos en el lavado de manteles de casamientos y graduaciones; hoy, el mercado se achicó ya que a los eventos concurren la mitad de las personas por lo cual a nosotros nos reduce el trabajo», finalizó.