Roque Lugo es afiliado a la prepaga Delta Salud S.A. desde hace 20 años. Hace tres que sufrió un accidente y como consecuencia, perdió la vista, se convirtió en inuslino dependiente y necesita realizarse diálisis. Desde diciembre, un mes posterior a que la obra social cambiara de firma, le niegan su medicación y está en riesgo su vida.

A pesar de tener el certificado de discapacidad, Roque tuvo que llegar a la extrema decisión de encadenarse frente al sanatorio Delta -Mendoza al 1500- para luchar por su vida y defender su salud.

“La obra social me está negando la medicación. Soy insulino dependiente, o sea que si no me la coloco me muero. En los últimos cuatro meses me dieron una sola vez insulina. Tengo que controlarme el nivel de glucosa en sangre cuatro veces por día”, relató en diálogo con Conclusión.

Sin contención alguna por parte de la obra social, Roque asegura que ha conseguido sobrevivir gracias a las donaciones de personas a quienes les sobra el medicamento. “Los médicos y enfermeros del sanatorio son extraordinarios conmigo pero la obra social es un desastre”, admitió indignado.

Desde Delta Salud argumentan que han vendido la obra social al señor Fernando Riccomi, empresario rosarino titular del Grupo Medycin, y que no se van a hacer responsables de los enfermos. “Nos quieren echar, nos hacen distintas propuestas para que nos vayamos de Delta y no cubrir con los gastos, estamos siendo amedrentados”, contó Roque y amplió: “Me han hecho una denuncia penal por amenazas, dicen que amenacé al personal, cuando eso nunca sucedió”.

“Vengo a defender mi vida y la de cientos de asociados que están siendo estafados por esta prestadora”, manifestó eufórico dispuesto a quedarse horas encadenado hasta obtener alguna respuesta favorable.

En ese sentido, consideró que “están haciendo un abandono. Están dejando que mueran las personas. Hay pacientes con cáncer, que los están dejando sin la quimioterapia; personas con diabetes que les niegan la insulina”.

Finalmente Roque señaló a este medio que “si no sigo con mi medicación me muero, soy un paciente crónico. No tengo esperanza de vida. Vivo gracias a la diálisis que me hacen”.