La muerte de la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin finalmente encontró respuestas. Según explicaron hoy el abogado Diego Pirota y Enrique Sacco, viudo de la víctima, en una conferencia de prensa, las pericias determinaron que sufrió perforaciones en el esófago.

«Murió por una perforación instrumental del esófago que le provocaron en la clínica La Trinidad», contó el letrado al tiempo que lanzó duras críticas a ese centro médico y al juez Gabriel Ghirlanda, quien ayer renunció al juzgado número 57 que subrogaba desde hace más de un año.

«La clínica le mintió a la familia. Ella no tenía ni una úlcera, ni hepatitis, ni nada de lo que dijo la clínica», destacó Pirota, y aseguró que fue una muerte «violenta». Además, dijo que los allanamientos fueron ordenados tardíamente, por lo que el endoscopio usado para el estudio en el que Débora murió nunca fue hallado.

«El juez tenía que allanar y llevarse el endoscopio, pero lo hizo tres días más tarde y nos encontramos con un equipo viejo, obsoleto», sostuvo. En esa línea, el abogado acusó al juez de permitir que «se pierdan pruebas concluyentes».

Si bien dijo que no va a pedir las detenciones del endoscopista y la anestesista, imputados en la causa, cuestionó su accionar durante el estudio que provocó la muerte de la periodista.

El endoscopista «no vio el momento en que se produjo la lesión, que fue muy grave, y siguió el procedimiento», y «solo se dio cuenta cuando le avisa la anestesióloga cuando la situación de Débora ya estaba complicada, permitiendo el ingreso de más aire por la boca», explicó.

«No sabemos si el equipo funcionaba bien, pero me parece imposible que solo por mal funcionamiento (de los instrumentos para hacer el estudio) se produzca semejante desastre», manifestó el letrado.

Por su parte Sacco, se mostrño muy emocionado y expresó que “este informe nos va a permitir a la familia abrazarnos y conciliar un poco de paz. A partir de ahora pedimos justicia al nuevo juez, que tendrá la posibilidad de ver un montón de cosas. Le pedimos que tenga la inspiración, la personalidad, la sabiduría, la experiencia y el compromiso para resolver esto de acuerdo a lo que Débora hubiese querido». Y agregó: «El informe es contundente, no fue muerte natural».

«En nombre de la familia sostengo que no tenemos rencores ni sed de venganza; solo queremos la verdad y la verdad ahora la tenemos. Esa verdad es necesaria para que haya justicia pero por sobre todas las cosas para que esto no le ocurra a nadie más», sostuvo.

Sacco también se tomó unos minutos para dirigirse particularmente a la prensa: «Esta prensa, que a veces es criticada, sentimos que hizo un periodismo serio y responsable. En dos meses y cinco días hizo que tengamos el informe oficial de los peritos, un informe estadístico, científico, con más de 150 hojas con imágenes y detalles contundentes que no dejan lugar a dudas. Determinantes y contundentes».

«Para nosotros esa verdad es triste y dura y no tiene remedio. Pero es la verdad, para que la Justicia empiece a actuar», cerró.

Así las cosas, la Justicia deberá investigar cómo se produjeron las lesiones que provocaron la muerte de la periodista y cuáles fueron los errores en la práctica de la endoscopía. Incluso, sus antecedentes médicos, ya que arrastraba dolores en su estómago días antes de quedar internada.