Por Alejandro Maidana

Otra manera de producir es posible, una y otra vez se ha podido oír esta afirmación con sustento propio. Un horizonte sin venenos es viable, con arraigo, biodiversidad, con los colores, sabores y olores de aquel campo que el actual modelo productivo imperante buscó desterrar utilizando como ariete la desmemoria.

Abrirle paso a un nuevo paradigma es posible, apoyados en quiénes han transicionado de manera exitosa la agroecología, en aquellos que a través de la agricultura ancestral, han visto semillar su ancestralidad para de esa manera socializar sus saberes. El campesinado, las familias de pequeños y medianos productores, el verdadero campo, ese que produce alimento saludable dejando atrás el lastre del rinde y la agenda del sistema financiero, sigue exigiendo la palabra.

A partir del trabajo de técnicas del Instituto Nacional de Agricultura Familiar e Indígena en territorio, puntualmente en la Ruta 21 y también en la zona de Pérez, Soldini y Zavalla, se dio inicio a un proyecto que pretende expandirse y consolidarse en el tiempo.  Allí se fue articulando esta propuesta en la cual se fueron sumando integrantes de gobiernos locales, técnicos e ingenieros agrónomos. Sumado a la participación del INTA como institución a partir del programa Pro Huerta y la Extracción Experimental de Oliveros.

El Sistema Participativo de Garantía cuenta con la característica que justamente participan diferentes actores, se busca que participen productoras, técnicos, técnicas y también representantes de los gobiernos locales, que, en definitiva, son los encargados de llevar adelante las políticas específicas para la promoción del sistema en sí mismo.

¿Qué significa poder contar con un sello agroecológico? Esto tiene que ver con garantizar las condiciones de producción agroecológica o en transición a la agroecología. La particularidad de este SPG agroecológico es que es regional, a diferencia de otros Sistemas Participativos de Garantía que existen en el país, como por ejemplo el de Luján, que ya tiene varios años de implementación en Provincia de Buenos Aires. Lo que sucedió en estas localidades más pequeñas, comunas o municipios, es que no existía la posibilidad que cada localidad armara su sistema participativo. Entonces se lo pensó a nivel regional, allí se comenzó con la producción hortícola, ya que la demanda vino específicamente de ese sector, comenzando el trabajo por diferentes localidades.

La Ruta 21, que incluye Fighiera, cuenta con una ordenanza de exclusión de fumigaciones y tenía una ordenanza de promoción de la agroecología, destacando que sancionó en diciembre de 2023 la ordenanza de promoción de la agroecología que la vincula a este Sistema Participativo de Garantías Agroecológico Metropolitano Rosario. Luego, está la localidad de General Lagos, que viene participando de todo el proceso a través de un trabajador de la municipalidad que lleva adelante el vivero inclusivo, y si bien todavía no tiene ordenanza, se está articulando su participación.

Cabe destacar que en Fighiera hay un productor que produce dos hectáreas y medias y que viene haciendo e insistiendo en agroecología. Se tratará del primer productor que tenga la certificación por parte del consejo creado para llevar adelante el Sistema de Garantía Participativa. “General Lagos también tiene un productor que impulsa la agroecología, él tuvo que mudarse del campo donde se encontraba, entonces ahora empieza en un nuevo campo. Suponemos que eso le va a llevar un tiempo para que pueda recibir la primera visita, mientras tanto vamos a ir avanzando con lo que tiene que ver con la posibilidad de que sancione General Lagos también su ordenanza”, sostuvo una de las impulsoras del proyecto Yanina Mennelli en dialogo con Conclusión.

En Pueblo Esther hay una familia que produce de modo agroecológico que no participa del consejo, o al menos no lo está haciendo por el momento, es la familia Giovachini, que vende su producción en la localidad directamente a los clientes. “Son proveedores de la papa agroecológica que se consume en la región. En Pueblo Ester presentamos el proyecto de ordenanza, ahora estamos abocados a impulsar su sanción. En la localidad de Figuiera la que se encuentra participando del consejo es la vicepresidenta comunal Lucía Garfagnoli, en Villa Gobernador Gálvez también hay productores agroecológicos, allí está participando del proceso específicamente Alberto Ricci, que es productor, también participa el responsable del área de producción de Villa Gobernador Gálvez, destacando que en esta ciudad recientemente han sancionado la ordenanza. Respecto a la localidad de Rosario, está participando de todo el proceso Raúl Terrile, el tema es que Rosario ya cuenta con ordenanza y tiene su propio sistema participativo de garantías, lo que le interesaba mucho a Raúl es poder articular, sobre todo en lo que tiene que ver con la comercialización. La escala Rosario con las otras localidades es como abismal, por ello resultó más sencillo poder trabajar entre estas localidades que son más pequeñas”.

Villa Gobernador Gálvez es bastante más grande que las otras localidades que participan, pero claramente no tiene la dimensión de Rosario. Por el lado de Pueblo Esther, los faros del proyecto son tanto Yanina Mennelli, quién fuera concejal hasta el 10 de diciembre, como Valeria Buttó y Juan Manuel Tejerina, que es parte de una cooperativa de trabajadores y trabajadoras de la tierra. “Ellos vienen desarrollando diferentes tareas en conjunto, producción de plantines, venta de bolsones, etc. Nosotras estamos también representando a la Asociación Civil La Comunitaria, que es donde se hacen las reuniones de la cooperativa y también se entregan los bolsones. Después, lo que tiene que ver con Soldini, también estuvieron participando, ellos tienen una tradición de trabajo con la agroecología. Allí también se presentó la ordenanza, si bien no tengo muy en claro cuál es el destino que va a tener ya que hubo cambio de gobierno y las personas que estaban participando eran de la comisión comunal anterior. En el caso de Pérez, que cuenta con una nueva regulación de tierras e incluye la promoción de la agroecología, también están participando. Quienes encabezan allí, son Santiago Chaqui, que está a cargo de la Oficina de Economía Social y Solidaria, y Claudio Benítez, que está a cargo de la parte productiva”.

Las antes mencionadas serían las localidades que hoy por hoy forman parte del SPG (Sistema Participativo de Garantías. “Nosotros entendemos que se trató de un proceso bastante largo, ya que hubo que establecer criterios, modalidades de trabajo y una serie de cuestiones que hacen al propio funcionamiento. Decidimos crear un protocolo que se fue trabajando, hubo dos comisiones, en una de ellas se produjo el protocolo y en otra, se realizó el modelo de ordenanza, que tenía que ser igual en algunos artículos para todas las localidades. Esto debido a que en realidad lo que las ordenanzas locales reconocen al Consejo de Promoción Agroecológico Metropolitano Rosario, le dan algunas atribuciones y a su vez se toman algunas obligaciones. El martes 5 de diciembre de 2023 nos reunimos los integrantes del Consejo en la localidad de Fighiera para firmar el acta constitutiva, a partir de ahí se dio como existencia al Consejo y las ordenanzas se empezaron a aprobar a partir de esa fecha. En el proceso también hubo una instancia bastante importante que ocurrió en agosto del pasado año en Villa Gobernador Gálvez, en el cual de alguna manera se decide la constitución de este Consejo y se empieza a trabajar más específicamente en algunas cuestiones más procedimentales”.

Al mismo tiempo de la creación del protocolo, lo que se crea es una ficha técnica que es la que tienen que otorgar, es la que, valida de alguna manera la visita al campo y el modo de producción. “Lo que hace el Consejo es establecer una comisión, que en realidad son las personas que pueden asistir, hacer esa visita a campo y luego el Consejo recomienda a las localidades el otorgamiento del sello agroecológico. No es tan complejo el procedimiento, si bien tiene algunas aristas y varios actores involucrados. La primera visita a campo se hizo en Fighiera, al predio que trabajan Isaac y Sonia Avendaño, la misma se realizó el martes 26 de diciembre. A partir de ahí, se llevaron adelante reuniones virtuales de quienes asistimos a esa primera visita para terminar de hacer la recomendación, en este caso va a ser la recomendación a la comuna de Fighiera para que se le pueda otorgar el sello. La idea luego es avanzar, hay varias propuestas, pero la idea es avanzar con lo que tiene que ver con comercialización, por un lado, y luego en un paso posterior avanzar con otro tipo de cultivos que no sea el hortícola, o sea, la producción intensiva. Pero bueno, eso supongo que es tarea para el 2024 y el 2025. Muy importante en todo este proceso es la técnica Patricia de la Vega, ella es ingeniera agrónoma y es parte de lo que era la Secretaría de Agricultura Familiar y Campesina e Indígena que se creó a partir de la gestión nacional pasada, y que se transformó en un Instituto nacional de Agricultura Familiar, Indígena y Campesina”, concluyó Yanina Mennelli.