Exactamente a un año de su partida al exilio luego de sufrir un golpe de Estado, el expresidente boliviano Evo Morales recibió hoy un baño de masas de enfervorizados simpatizantes que lo vivaron y celebraron la vuelta al gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido que lidera el exmandatario de origen indígena.

Morales ofreció un discurso ante miles de personas que agitaban banderas nacionales y wiphala de los pueblos originarios en la localidad de Chimoré, en la provincia de Cochabamba, de donde partió el 11 de noviembre de 2019 con destino a México, primero, y a la Argentina después, mientras en Bolivia tomaba el poder un Gobierno de facto presidido por Jeanine Áñez.

Se había anunciado que participarían de la ceremonia el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca, pero finalmente las flamantes autoridades nacionales se quedaron en La Paz atendiendo cuestiones de la gestión, según el propio Morales confirmó en su discurso.

«(Arce) está en pleno proceso de organización de la gestión pública, no es sencillo, conversamos internamente el martes para no equivocarnos en la designación de autoridades. Saludamos, no están acá el hermano Lucho (Arce) presidente y el hermano David (Choquehuanca) vicepresidente», expresó.

En cambio, sí estuvieron en el acto de hoy los presidentes del Senado, Andrónico Rodríguez, y de Diputados, Freddy Mamani.

El acto en Chimoré fue el punto final de una extensa caravana que Morales inició el lunes pasado desde Villazón (al sur), ciudad a la que llegó procedente de La Quiaca, en la Argentina, para poner fin a un exilio de 11 meses en Buenos Aires y luego de una cálida despedida de parte del presidente Alberto Fernández.

En las últimas 48 horas recorrió varias ciudades y pueblos, entre ellos su tierra natal, Orinoca, en la ciudad de Oruro, donde fue recibido por un colorido festival de música y bailes típicos y visitó su casa de la infancia, humilde y de paredes de adobe.

En su discurso de hoy el líder cocalero rindió un homenaje a las víctimas de sendas masacres que el Gobierno de facto concretó en Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto), para acallar los reclamos de democracia de militantes del MAS, y al mismo tiempo felicitó a su partido por haber recuperado el poder tras la aplastante victoria electoral de Arce.

«Aquí, en menos de un año hemos recuperado la democracia. Eso es algo inédito e histórico, algo único del mundo. Acá hubo mucho de la participación de ustedes, compañeros; ustedes, hermanos, son los responsables de ello. ¡Un aplauso para las hermanas y los hermanos que lo hicieron posible!», dijo Morales en medio de la ovación de los presentes.

El exmandatario llegó en helicóptero a Chimoré, en el trópico de Cochabamba, donde desde la madrugada una multitud se había congregado par recibirlo.

En su mensaje denunció haber sufrido «un golpe de Estado» el año pasado, «buscado por Estados Unidos», con el objetivo, entre otros, de controlar los recursos naturales como el litio, una de las riquezas del país, reprodujo la agencia de noticias ANSA.

Arremetió contra el Gobierno estadounidense y dijo que la población boliviana es «víctima del imperio norteamericano» y recordó que el mandatario de ese país, Donald Trump, celebró su salida del gobierno.

«El año pasado lo dijimos desde este aeropuerto, vamos a volver a los millones, y hoy somos millones», enfatizó Morales.

«Después de ganar, ahora tenemos la responsabilidad de restituir la dignidad de soberanía al pueblo boliviano, y con el hermano Lucho y el hermano David garantizaremos esta dignidad, soberanía e independencia para el pueblo boliviano; esta es nuestra batalla», enfatizó.

Acompañado por el exvicepresidente Álvaro García Linera -con quien compartió el exilio-, el líder del MAS regresó al país luego de que la Justicia boliviana le retiró una orden de aprehensión que pesaba en su contra, en uno de los procesos que le inició el Gobierno de facto.