Un hombre abrió fuego en un centro comercial del estado de Texas, en el sur de Estados Unidos, mató a ocho personas e hirió a varias antes de ser abatido por un policía que se encontraba en el lugar, informaron autoridades, mientras que el presidente Joe Biden volvió a pedir al Congreso prohibir los rifles de asalto.

El tiroteo del sábado en la localidad de Allen fue otro de los tantos que ocurren a menudo en lugares públicos de Estados Unidos, pero que este año se vienen sucediendo a un alarmante ritmo que está batiendo récords.

Apenas una semana antes, cinco personas fueron baleadas fatalmente en Cleveland, Texas, luego de que un vecino le pidiera a un hombre que dejara de disparar su arma mientras un bebé dormía, según dijeron autoridades.

La policía sigue investigando la identidad de las víctimas en Allen Premium Outlets, un centro comercial al aire libre a unos 40 kilómetros al norte de Dallas, que estaba desbordado de gente en el momento del tiroteo; pero los testigos y una nota de la Casa Blanca informaron que había niños entre ellos.

Steven Spainhouer, un testigo en el ataque del centro comercial, explicó que intentó sin éxito reanimar a varias víctimas, incluida una mujer.
«Tomé su pulso, tiré de su cabeza hacia un lado y no tenía rostro», dijo Spainhouer a CBS News.

También dijo haber rescatado a un niño que sobrevivió protegido debajo de su madre muerta. «Estaba cubierto de sangre de pies a cabeza, como si alguien la hubiera derramado encima», contó.

Algunos dijeron haber visto también un oficial de policía y un guardia de seguridad inconscientes en el suelo, informaron medios locales.
Un policía se hallaba en el centro comercial por otro caso cuando se produjo el tiroteo, dijo anoche Brian Harvey, jefe del departamento de policía de Allen.

El agente «escuchó disparos, se acercó, se enfrentó al sospechoso y neutralizó» al individuo, agregó. Luego llamó a los servicios de emergencia.

Imágenes difundidas por la CNN mostraron al autor del tiroteo saliendo de un automóvil en el estacionamiento del centro comercial, para acometer la matanza.

Por el momento no se dio a conocer su identidad. Su cuerpo fue hallado tendido en el suelo cuando llegaron los refuerzos policiales, como los cadáveres de otras seis personas.

Dos personas más fallecieron en el hospital, y entre los heridos, tres estaban siendo operados de urgencia y cuatro estaban estables, señaló Jonathan Boyd, jefe de bomberos de Allen.

Una de las víctimas tiene cinco años, declaró un trabajador de un hospital a NBC News.

Los tiroteos masivos han ocurrido con una frecuencia asombrosa en los Estados Unidos este año, con un promedio de uno por semana, según una base de datos mantenida por el diario USA Today en asociación con la Universidad Northeastern.