El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, conminó hoy a los países de la Unión Europea (UE) a «reajustar» su relación con Estados Unidos e impulsar una postura exterior del bloque que ponga freno a la «política egoísta» del presidente Donald Trump y sus consecuencias sobre el eje transatlántico.

«Con el presidente Trump el Atlántico se ha agrandado», afirmó Maas, en un discurso destinado a marcar las líneas de la política europea, pronunciado ante estudiantes y representantes del movimiento «Pulse of Europe».

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El jefe de la diplomacia germana, que integra el Partido Socialdemócrata (SPD) y ocupa el cargo desde el pasado marzo, plasmó así la «profunda decepción» que causó en su Gobierno y, personalmente, en él mismo, la línea del presidente de Estados Unidos, informaron las agencias de noticias DPA y EFE.

«Nunca hubiera imaginado que un ministro de Relaciones Exteriores alemán se vería confrontado a la situación actual», dijo el ministro evidenciando el contraste actual con los fuertes vínculos que tradicionalmente mantuvo su país con Washington, uno de los ejes «incontestables» de la política exterior alemana.

También lamentó que la alianza transatlántica, que durante décadas unió a Estados Unidos con Europa, esté en cuestión «a golpe de Twitter», en relación a la costumbre del magnate republicano por dar a conocer sus decisiones en esa red social.

La respuesta de Europa ante lo que denominó «egoísmo político» que representa la máxima de Trump -«American First»- debe ser la unidad y la cohesión, así como el «reacomodamiento» de su relación con el aliado transatlántico.

«Tenemos que encontrar un nuevo equilibrio», insistió, para subrayar que Europa debe mostrar «solidez» y dar sus propias respuestas.

«Si el Gobierno de Estados Unidos cuestiona nuestros valores e intereses, nosotros debemos mostrarnos más robustos», afirmó, evidenciando la fractura entre Washington y las otras potencias mundiales, que ya había quedado expuesta durante la cumbre del G7, en Canadá.

Mass aludió asimismo a los que considera grandes peligros globales, como es el avance de «los nacionalismos, chovinismos y populismos», ante los que Europa debe dar asimismo respuestas cohesionadas.

Se trata de corrientes que se están extendiendo «en distintas partes del mundo», a escala de la UE y global, frente a las cuales debe actuarse «reforzando la política europea», en lugar de renunciando a la cohesión dentro del bloque comunitario.

«Tenemos que cerrar los abismos aparecidos en los últimos años en la UE», dijo, lo que implica «dotarse de los mecanismos necesarios para luchar contra los desequilibrios sociales existentes».