Al menos 60 personas murieron este domingo en un atentado con camión bomba en los alrededores de la ciudad de Hilla, al sur de Bagdad, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), siendo éste el ataque más mortífero desde el inicio de este año en Irak.

«El ataque fue cometido contra un retén en la entrada norte de Hilla», afirmó Faleh al Radhi, responsable de seguridad del Consejo provincial de Babilonia.

Según un médico del hospital de Hilla, entre las víctimas figuran 20 miembros de las fuerzas de seguridad. También hay 72 heridos. Radhi y varios oficiales de la policía han confirmado este balance, que convierte al ataque en el atentado más mortífero desde principios de año.

El camión estaba cargado de explosivos y estalló cuando los agentes de seguridad le dieron el alto, explicaron las fuentes.

En un comunicado publicado en las redes sociales, el EI afirmó que el atentado fue cometido por un kamikaze llamado Abu Islam al Ansari.

La organización dijo que el ataque estaba destinado a la población chiita, a la que el grupo considera como hereje.

Escenas de caos

Varias fotografías colgadas en las redes sociales internautas muestran cuantiosos destrozos alrededor del retén, donde suelen formarse largas colas de vehículos que esperan para pasar los controles de seguridad.

Un fotógrafo de la AFP en el lugar describió escenas de caos cuando los familiares llegaban a intentar localizar a sus parientes entre los escombros.

«Cuando llegué al lugar, había gente con sus ropas en llamas gritando», contó Hamza Kadhem, trabajador de 35 años, que se encontraba cerca del lugar de la explosión.

Mohamed Jamal, funcionario de 27 años, quedó atrapado en un atasco y volvió en sí en un servicio de urgencia.

«El cristal de mi coche se rompió por la fuerza de la onda. Después de eso, yo quedé perdido en medio del caos y me desperté en el hospital de Hilla, no sé cómo», indicó a la AFP desde el servicio de urgencia.

En marzo de 2014, un atentado en la periferia de Hilla dejó 50 muertos y 150 heridos.

El grupo EI conquistó en 2014 varios territorios en Irak, pero desde mediados del año pasado ha estado a la defensiva.

Desde que el grupo lanzó su campaña militar, la violencia en las ciudades había disminuido, ya que muchos de sus combatientes fueron desplegados en el Califato que la organización yihadista proclamó entre Irak y Siria.

Sin embargo, en las ciudades que siguen bajo control del grupo, las tensiones internas comienzan a aumentar y son patentes los problemas de aprovisionamiento.

Según los expertos, los combatientes del EI van a recurrir cada vez más a este tipo de atentados suicidas a medida que el Califato comience a perder terreno.