El número de víctimas fatales por el sismo que sacudió el sábado a Haití subió hoy a al menos 1.297 y el de heridos a 5.700, según las autoridades, mientras siguen las tareas de rescate y se mantiene una alerta roja en la zona, ubicada a 160 kilómetros de la capital del país, Puerto Príncipe.

De acuerdo a la última información de la agencia de protección civil de Haití, al menos 1.297 personas murieron en el sismo de magnitud 7,2 mientras que 5.700 resultaron heridas, informó AFP.

«Es probable que haya un gran número de víctimas y daños importantes, y es probable que el desastre sea generalizado», informó hoy el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), al emitir una alerta roja «por muertes relacionadas con temblores y pérdidas económicas» que, de acuerdo al organismo, requerirán una respuesta internacional.

Cientos de personas todavía permanecen atrapadas entre los escombros.

El papa Francisco hizo hoy un pedido a la «comunidad internacional» para ayudar al empobrecido país que todavía no logra recuperarse del sismo de 2010 que dejó más de 200 mil muertos y unos 300 mil heridos.

En Puerto Príncipe, la construcción del principal hospital del país continúa incompleta.

Según el USGS, el sismo que se produjo el sábado por la mañana causó «peligros secundarios como deslizamientos de tierra» que podrían haber provocado nuevos fallecidos.

Además, señaló que en general la «población de esta región reside en estructuras que son vulnerables a los terremotos» ya que las construcciones predominantes son de «muros de barro y bloques de adobe».

También precisó que al igual que el del 12 de enero 2010 el sismo de ayer se produjo a lo largo de la zona de falla de Enriquillo-Plantain Garden.

Luego de sobrevolar la zona, el jefe de Gobierno, Ariel Henry, declaró el estado de emergencia por un mes en los cuatro departamentos afectados por la catástrofe.

«Muchas casas están destruidas, hay muertos y muchos están en el hospital» dijo a la agencia de noticias AFP Christella Saint Hilaire, quien vive cerca del epicentro.

En Los Cayos, la tercera ciudad del país, un hotel de varios pisos se derrumbó mientras que en Jeremie, donde viven más de 200 mil personas, los daños también son graves.

«Las casas y los muros que las rodean se han derrumbado. El tejado de la catedral se derrumbó», aseguró Job Joseph, un residente.

De la casa de dos plantas de Marcel François, también en Los Cayos, solo quedan ruinas.

«Es gracias de Dios y también a mi teléfono que estoy vivo, porque pude avisar a la gente de fuera dónde me encontraba», dijo a AFP este joven de 30 años.

Su hermano menor, Job y los vecinos pasaron más de tres horas sacándolo de los escombros sin más herramienta que sus manos.

«Iba en el autobús al trabajo cuando ocurrió el terremoto. Pude localizar a Marcel por teléfono, pero me dijo ‘ven a salvarme, estoy bajo el cemento'», dijo Job François.

Tras ser rescatado de entre los bloques de hormigón y los muebles rotos, con heridas en la cabeza, Marcel fue trasladado al hospital en estado de shock, ya que no tenía noticias de su hija de 10 meses, que seguía atrapada entre las ruinas.

«Pensé que mi hija estaba muerta. Cuando llegué al hospital estaba llorando y resignado», narró conmovido, este hombre de 30 años, pero gracias al trabajo en equipo de los residentes y de su tío, la pequeña Ruth Marlee Alliyah François fue sacada de entre los escombros cuatro horas después del terremoto.

Ahora, Marcel y Job François esperan que los equipos profesionales retires de la casa destruida el cuerpo sin vida de su inquilina, una mujer de 27 años que vivía en la planta baja de la residencia y que murió a los pocos minutos del terremoto.

Las labores de rescate podrían verse empañados por la cercanía de la tormenta tropical Grace, que amenaza con lluvias e inundaciones, según el servicio meteorológico estadounidense.

Pero además de los daños provocados por el sismo, Haití, el país más pobre de América, enfrenta una delicada situación política marcada por el asesinato de su presidente, Jovenel Moise, ocurrido el pasado 7 de julio.

A pesar de que el Ministerio de Salud envió rápidamente personal y medicinas a la península del sureste afectada por el sismo, el arribo está condicionado por la inseguridad ya que bandas armadas bloquean el único camino que une la zona con la capital.

Ayer, en su cuenta de Twitter, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, expresó sus condolencias con los familiares de las víctimas y aseguró que el organismo «está trabajando para apoyar las labores de rescate y socorro».

La Cancillería organiza la ayuda humanitaria argentina para Haití luego del terremoto

El Gobierno argentino, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y su comisión de Cascos Blancos, organiza «un trabajo especial para brindar ayuda humanitaria luego del sismo ocurrido en el día de ayer en el Departamento de Petit Trou de Nippes, al oeste de Haití», se informó hoy oficialmente.

Por instrucción del canciller Felipe Solá, y de manera conjunta con el Ministerio de Defensa, «se realizan gestiones para coordinar el traslado de personal de la Comisión de Cascos Blancos al lugar con el objetivo de brindar asistencia sanitaria y proveer de voluntarios para el manejo de albergues», se reportó a través de un comunicado.

También agregaron que se mantiene una «permanente comunicación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a fin de conocer las necesidades sanitarias en la emergencia».

Desde las primeras horas posteriores al sismo de 7,2 grados en la escala Richter, la Comisión de Cascos Blancos tomó contacto con la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), a fin de conocer el reporte actual de la situación en Haití.

También se indicó que «se puso a disposición del Equipo de las Naciones Unidas de Evaluación y Coordinación en Casos de Desastres (UNDAC) un funcionario de esa Comisión integrante de UNDAC», y que se «contactó a todos los miembros UNDAC de Argentina para que estuvieran atentos y a disposición de la emergencia en Haití».

El jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, expresó que «la Presidenta de la Comisión de Cascos Blancos, Marina Cardelli, ni bien ocurrió el sismo mantuvo comunicación con el embajador de Haití en Argentina, D. Vilbert Bélizaire, para transmitirle toda la solidaridad y disposición de Cascos Blancos y de la Cancillería argentina para acompañar a su país ante la emergencia».

Cardelli quedó a disposición para saber sobre las necesidades del país y realizar un ofrecimiento de asistencia humanitaria acorde a las mismas.

Por su parte, el embajador Bélizaire agradeció el apoyo de la Argentina y manifestó que informará los requerimientos humanitarios.

Por último, se informó que la embajada Argentina en Haití, a cargo de César Faes, mantiene contacto con la comunidad de residentes argentinos registrados, «que reside en su totalidad lejos del epicentro» del sismo.