En un recinto pleno de tensión, el proyecto de ley fue discutido acaloradamente para finalmente ser aprobo por 98 votos a 67, lo que le otorga al gobierno la potestad de declarar un «estado de emergencia» si el número de migrantes se incrementa repentinamente o determinar si rechaza a la mayoría de los solicitantes de asilo directamente en la frontera, incluidos los de los países en guerra como Siria.

El estado de emergencia migratorio, que puede ser decretado cuando existe una amenaza para el orden público y la seguridad interior, implicaría que sólo se aceptarían solicitudes de asilo de determinados refugiados, como menores no acompañados, mujeres con menores muy pequeños o personas que tengan familiares en Austria.

Además, los parlamentarios también votaron para restringir las leyes de asilo existentes, estableciendo límites a la duración del asilo otorgado a los migrantes y dificultando la reagrupación familiar, consignó la agencia de noticias DPA.

Las restricciones son similares a las normas introducidas por el gobierno conservador en la vecina Hungría el año pasado.

La decisión fue respaldada por miembros de la coalición socialdemócrata y de centroderecha del gobierno, que ha cambiado de postura en materia migratoria en los últimos meses a medida que el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) escalaba en las encuestas de opinión.

La presión política aumentó el domingo, cuando el candidato del FPÖ, Norbert Hofer, se impuso en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

La segunda vuelta de la elección presidencial tendrá lugar el 22 de mayo entre ultraderechistas y ecologistas, mientras que las elecciones generales tendrán lugar en 2018.

Este miércoles el FPÖ votó en contra de la enmienda porque reconoció que aspiraba a lograr medidas incluso más severas.

Los partidos de oposición y grupos de derechos humanos criticaron la nueva ley, mientras que la agencia de refugiados de la ONU reiteró que la legislación aprobada «elimina una pieza central de la protección de los refugiados».

El ministro del Interior, Wolfgang Sobotka insistió en que Austria no tiene otra opción, siempre y cuando «tantos otros miembros de la Unión Europea (UE) no pueden hacer su parte» para detener la afluencia. «No podemos asumir la carga de todo el mundo», remarcó.