Un nuevo escándalo golpeó hoy al joven gobierno de Michel Temer en Brasil, luego de que fueran difundidas escuchas judiciales en las que el ministro de Planeamiento, Romero Jucá, admitió que el juicio político a la mandataria Dilma Rousseff fue impulsado para frenar la Operación Lava Jato y cambiar gobernabilidad por impunidad.

Jucá, considerado como la mano derecha de Temer, se vio forzado a alejarse de su cargo por licencia apenas tomaron estado público sus conversaciones grabadas, de las que se desprende que en el plan estuvieron involucrados Temer, otros políticos, jueces y militares.

Romero Jucá es el presidente en ejercicio del Partido del Movimiento de la Democracia brasileña (PMDB) y causó el primer gran escándalo en la era Temer, a la vez que proveyó de munición a la suspendida presidenta Rousseff y a los partidos que se oponen al presidente interino, debido a que vinculó el juicio político a la presidenta con una acción de la «casta política» para «evitar la sangría» generada por las investigaciones de corrupción.

En los audios, revelados por Folha de Sao Paulo, Jucá se queja de que Dilma no acciona a jueces para que detengan la investigación y protesta porque el juez Teori Zavascki, del Supremo Tribunal Federal, es un técnico nombrado por Dilma al que no puede acceder.

Además, califica al magistrado Sergio Moro como «Torre de Londres», supuestamente en alusión a un lugar de torturas para arrancar la confesión de delitos.

El escándalo de corrupción, de acuerdo con las escuchas telefónicas en poder de la Fiscalía General de la República, a cargo de Rodrigo Janot, fue el motivo principal para sacar a Rousseff del poder, y no la acusación formal que se le hizo por irregularidades en la asignación de partidas presupuestarias.

Jucá está investigado por supuesta corrupción en obras del sector energético, al igual que otros seis investigados en el gabinete del gobierno interino.

«Tiene que haber impeachment, no hay otra salida», le dijo Jucá, en marzo pasado, a Sergio Machado, otro investigado, colocado por el PMDB como presidente de Transpetro, subsidiaria de la petrolera estatal Petrobras, según las escuchas incluidas en la investigación.

Machado también está investigado por el juez Sergio Moro por participar supuestamente de sobornos en Petrobras y en su conversación con Jucá dice que el Partido de la Social Democracia Brasileña del senador y ex candidato presidencial Aecio Neves y el canciller interino, José Serra, también están en el foco judicial.

«El primero que será ‘comido’ será Aecio (Neves)», dice Machado a Jucá, que también cita al actual canciller y ex candidato presidencial derrotado en 2002 y 2010, José Serra, y al presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Aloysio Nunes Ferreira, según Folha de Sao Paulo.

La transcripción del audio también revela que Jucá conversó sobre cómo frenar la operación Lava Jato con miembros del Supremo Tribunal Federal y con comandantes militares en torno a un gobierno que en marzo imaginaba como de «unidad nacional» en reemplazo de Rousseff.

Dice Machado en la escucha: «Creo que la salida de Dilma debe darse por licencia o por renuncia. La licencia es más suave. Michel forma un gobierno de unión nacional, hace un gran acuerdo, protege a Lula, protege a todos. Este país vuelve a calmarse porque nadie aguanta más. Esta cagada de estos fiscales de San Pablo (que pidieron la prisión de Lula) ayudó mucho».

Jucá, el actual ministro de Planificación, uno de los autores del ajuste que debe anunciar Temer en las próximas horas para enfrentar el déficit en las cuentas públicas, lamentó no conocer al juez de la Corte que lleva el caso Petrobras para personas con fueros, Teor Zavazcki.

La presidenta Rousseff sostuvo que la acusación sobre supuesta irregularidad fiscal en el presupuesto 2015 es un argumento de Temer y de la oposición para retirarla del poder mediante un «golpe».

Temer tenía previsto anunciar mañana con Jucá y el ministro de Economía, Henrique Meirelles, el plan de ajuste para la economía brasileña.

El presidente interino, el domingo, debió abandonar su vivienda en San Pablo a raíz de una manfiestación de protesta en frente de su casa de familias del movimiento sin techo que fue reprimida hasta las primeras horas de las madrugada de este lunes con gases lacrimógenos.

Colaboradores de la suspendida Rousseff, afirmaron que «ha sido demostrado el golpe» por parte del vicepresidente Michel Temer y la oposición en el Congreso con la declaración de Jucá.

«Lo que habló Jucá demuestra la verdadera razón del golpe practicado contra la democracia y contra el mandato legítimo de Dilma. El objetivo es frenar la Lava Jato y empujar por debajo de la alfombra las investigaciones (del escándalo Petrobras)», dijo Ricardo Berzoini, ex ministro de la Secretaría de Gobierno de Rousseff.

Por su parte, el ex jefe de gabinete y ex jefe de asesores de Rousseff, Jacques Wagner, sostuvo en su cuenta de Twitter: «Farsa definitivamente desenmascarada. El objetivo del golpe era estancar la sangría de la Operación Lava Jato».

El diputado Paulo Pimenta, del PT, afirmó que el fiscal general, Rodrigo Janto, al haber guardado la grabación de Jucá, que data de marzo pasado, pudo haber «prevaricado», porque habría evitado «el chantaje en el cual se convirtió el juicio político».

«El proceso de juicio político de Dilma fue usado como moneda de cambio para ofrecer protección a la Lava jato», sostuvo Pimenta.