China inició este sábado maniobras militares alrededor de Taiwán a modo de «seria advertencia» después de expresar su malestar por una escala en Estados Unidos del vicepresidente del Gobierno de esa isla, William Lai.

Lai, favorito para la elección presidencial del próximo año y ferviente opositor a las pretensiones de Beijing sobre la isla, paró en Nueva York de camino a Paraguay, a donde acudió para la ceremonia de jura del nuevo presidente Santiago Peña, e hizo escala en San Francisco a su regreso.

El Gobierno del gigante asiático, que se opone a los contactos internacionales de los dirigentes taiwaneses, había advertido que tomaría «medidas firmes y contundentes para salvaguardar la soberanía nacional».

En ese sentido, el Ministerio de Defensa de la isla indicó que en las últimas horas «detectaron 42 aeronaves del Ejército Popular de Liberación».

También afirmó que ocho buques chinos participaban en estas maniobras que, según los medios estatales de ese país, pretenden simular «condiciones reales de combate».

El Ejército taiwanés «está monitoreando y usando métodos de reconocimiento para controlar de forma estricta» la situación, agregó el ministerio, que desplegó aeronaves y barcos.

Más temprano, el Ejército de China había anunciado el despliegue de «patrullas conjuntas aéreas y marítimas y ejercicios militares de la marina y la fuerza aérea alrededor de la isla de Taiwán».

En un comunicado de las Fuerzas Armadas, se explicó que «las patrullas y los ejercicios sirven como una seria advertencia a la colusión de los separatistas de la ‘independencia de Taiwán’ con elementos extranjeros y sus provocaciones».

«Nos oponemos firmemente a cualquier visita de los separatistas de la ‘independencia de Taiwán’ a Estados Unidos, bajo cualquier nombre o bajo cualquier pretexto», explicó el texto.

La situación entre China y Taiwán se agravó en agosto del año pasado a raíz de la visita a la isla de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, que el gigante asiático consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares.
La Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla que China reclama como propia, con el argumento de que la dirigente toma sus propias decisiones.

En abril pasado, China organizó tres días de ejercicios militares simulando una operación de bloqueo a la isla después de que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, se reunieran en California, pese a las advertencias de Beijing.

Washington reconoce diplomáticamente a China sobre Taiwán, pero mantiene relaciones de facto con Taipéi y apoya el derecho de la isla a decidir su futuro.

China considera a Taiwán –a donde huyeron los nacionalistas chinos tras su derrota en una guerra civil ante los comunistas en 1949- una provincia que debe ser reunificada.

Los vínculos entre Taiwán, donde viven 23 millones de personas, y China continental solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.

Las tensiones entre la isla y el continente crecieron a su máximo nivel en los últimos años, no solo a través de declaraciones diplomáticas cruzadas, sino también ejercicios militares en la zona.