Un día después del comunicado con el que ETA anunció oficialmente su disolución, representantes internacionales, políticos vascos, líderes sindicales y sociales se preparaban a certificar hoy el final de la organización separatista armada vasca con un encuentro en una pequeña villa del País Vasco francés.

Sin presencia de autoridades españolas y vascas, el «Encuentro Internacional para avanzar en la resolución del conflicto vasco» reúne a figuras internacionales como el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern, el líder del Sinn Féin, Gerry Adams, el ex jefe de gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell, y el ex director del FMI Michael Camdessus.

Entre los invitados también está presente el político mexicano Cuauhtémoc Cárdenas.

El evento comenzó con un minuto de silencio en honor a «todas las víctimas» del conflicto vasco, que dejó más de 900 muertos, en su gran mayoría en atentados perpetrados por ETA, desde sus primeras acciones en 1968 hasta el cese de su actividad armada, el 20 de octubre de 2011.

«Hoy es un día de celebración y creo que vamos a recordarlo», aseguró Brian Currin, abogado sudafricano que lidera el Grupo de Internacional de Contacto (GIC), al inaugurar el encuentro.

«Es la primera vez en varias décadas, en la que todos los vascos están juntos. Algunos pueden tener miembros de ETA en su familia o piensan que era un movimiento de liberación, mientras otros creen que eran terroristas y asesinos», añadió.

Currin subrayó que el «proceso de paz» en torno al conflicto vasco «es único» porque «salió de las raíces». «Aunque el gobierno se negó a participar, la sociedad civil quería un proceso de paz. Y por eso tuvimos el papel de catalizador, tanto de contacto o cuando tomaba una dirección errónea», remarcó.

Además, insistió en que a partir de ahora, con la disolución de ETA, se crea un espacio para «buscar soluciones para las consecuencias de la violencia», algo que es «necesario para la paz».

Currin y el ex jefe de Interpol británico Raymond Kendall son los anfitriones por parte del GIC, principal impulsor del proceso que llevó a la desaparición de ETA, el último gran grupo armado de Europa.

Detrás de la organización de la cita también están los movimientos civiles Bake Bidea y Foro Social Permanente, que se formaron para impulsan un «proceso de paz» en torno al conflicto separatista vasco.

Por parte de España, participan el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Andoni Ortuzar, y el histórico líder de la izquierda abertzale (patriótica vasca) Arnaldo Otegi, y representantes de todos los partidos franceses en el País Vasco francés, menos el Frente Nacional.

El encuentro tiene lugar en villa Arnaga, un palacete que perteneció a Edmond Rostand, autor de la célebre «Cyrano de Bergerac», que está situado en Cambo les Bains, pequeña localidad vascofrancesa a 20 kilómetros de Bayona, en el sur de Francia.

Más de 300 periodistas cubren la conferencia desde los jardines del palacete, donde se sellará el final de ETA con la lectura de una declaración.

Una joven, en euskera, la lengua vasca, y luego los miembros del GIC, serán los encargados de convertir este acto en un hito que marcará un antes y un después en la historia del País Vasco y España.