Tras una maratónica sesión de más de diez horas, el ex presidente brasileño y favorito en las presidenciales Lula da Silva quedó al borde de la cárcel luego de que el Supremo Tribunal Federal (STF) negara un recurso de habeas corpus interpuesto por el máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) para evitar ir a prisión y apelar en libertad su condena en segunda instancia por corrupción.

El extenso cónclave de los 11 jueces de la Corte en Brasilia dejó como resultado seis votos por el rechazo del beneficio y cinco a favor. La votación se desarrolló un clima de mucho nerviosismo dentro de la sala del STF y de alta tensión en las calles, donde cientos de miles de personas salieron a apoyar al ex mandatario.

Pese a que la Suprema Corte es el principal tribunal del país, Lula no va a ingresar en la cárcel inmediatamente. El ex presidente todavía tiene hasta el 10 de abril para presentar un recurso ante el tribunal de Porto Alegre, pero los expertos en derecho coinciden en que esta etapa es una formalidad y que la probabilidad de que tenga éxito es mínima.

El juicio marcó una crisis política sin precedentes. Ocurrieron manifestaciones a favor de Lula en los últimos días que llevó al comandante del Ejército a amenazar con un golpe de Estado si el ex mandatario no iba a la cárcel.

La decisión de la Suprema Corte es un duro golpe para uno de los políticos más populares que haya tenido el país sudamericano y que mayores conquistas alcanzó en favor de los que menos tienen. También tiene un impacto directo en las elecciones de octubre, ya que Lula aparece como líder cómodo en todas las encuestas de opinión.

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