Por Helga Zepp-LaRouche

Por segunda semana consecutiva la Reserva Federal de Estados Unidos ha intervenido para impedir un derrumbe del sistema bancario que está totalmente insolvente, con otros ocho 180 mil millones de dólares que le inyectó el sistema, con lo cual ya lleva más de 500 mil millones. Esto es sólo la antesala para iniciar lo que le han solicitado los banqueros, es decir, que sueltes a otra ronda más de «emisión cuantitativa» (que imprima más dolares para repartirlos a tasas de interés cero o negativas) antes de que todo el sistema bancario occidental se declara insolvente. Por todo Europa ya han comenzado las bancarrotas, en parte por la escasez de crédito en la economía real, lo cual se ha dejado otros 22.000 desempleados más en los últimos días.

En Estados Unidos, el partido demócrata enloquecido, frente a la inminente revelación de la descarada colaboración criminal del gobierno de Obama con la inteligencia británica y ucraniana, en su intento por derrocar al Presidente de Estados Unidos, y luego de su fracaso con la farsa del «Rusiagate» y demás acusaciones contra Trump por querer acabar con las guerras permanentes, anunciaron una inquisición para iniciar un juicio político debido a la normal cooperación de Trump con el nuevo gobierno ucraniano del presidente Zelinsky. Zelinsky llegó al poder con la promesa de acabar con la corrupción del régimen neonazi de Poroshenko, el cual fue colocado en el poder mediante el golpe de Estado de 2014 que ejecutaron los mismos círculos de Obama que ahora andan frenéticos tratando de derrocar a Trump.

En el Reino Unido se ha desatado una crisis que se le compara con la Guerra Civil Inglesa del siglo 17, luego de que la recién instalada Suprema Corte (creada por Tony Blair) usurpó las facultades del Primer Ministro para dar marcha atrás a la orden de suspensión del Parlamento, mientras que el propio Parlamento a su vez usurpó recientemente la facultad del Primer Ministro al imponer una legislación para impedir el Brexit. Ahora el primer ministro Boris Johnson quiere que hayan elecciones generales, para que decida el electorado, pero la oposición ha bloqueado la posibilidad de una elección, en la creencia (casi totalmente correcta) de que la perderían por completo.