Los mandatarios europeos están dispuestos a tender la mano a su par británica, Theresa May, en una cumbre el jueves y el viernes en Bruselas, con la esperanza de desbloquear las estancadas negociaciones del Brexit.

«El tiempo pasa muy rápido, el reloj corre muy rápido», indicó este martes el negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, advirtiendo a Londres que para acelerar las negociaciones, como pretende May, «se necesitan dos».

Londres tiene el foco puesto en la futura relación con la UE, tanto en un eventual acuerdo de libre comercio como en un posible período de transición de dos años tras la salida efectiva de Reino Unido a fines de marzo de 2019.

Pero los 27 países restantes del bloque quieren solucionar primero el pasado o en lenguaje de Bruselas «las prioridades del divorcio»: la factura a pagar por Londres por su marcha, la situación de los derechos de los ciudadanos tras el Brexit y la cuestión de Irlanda del Norte.

Tras cuatro meses de negociaciones, el objetivo era certificar «progresos suficientes» en estas prioridades en la inminente cumbre para dar así el pistoletazo de salida a la segunda fase de las negociaciones, como quiere Londres.

Los mandatarios, reunidos sin May, decidirán en cambio posponer esa decisión a diciembre, pero, en señal de buena voluntad, llamarán al negociador de la UE a «iniciar discusiones preliminares internas» sobre la futura relación, según un borrador de conclusiones.

Decisión en diciembre

«El objetivo es ser un poco más positivo, mostrar a Londres que la puerta no está totalmente cerrada», dijo a la AFP una fuente diplomática de la UE, precisando que «básicamente esto no cambia nada».

A dos días de la cumbre, la primera ministra británica viajó a Bruselas para una cena de trabajo con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, con quien acordó «acelerar» los esfuerzos «en los próximos meses» en las negociaciones.

A ambos lados del Canal de la Mancha los desencuentros se centran en el papel del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), que los 27 quieren convertir en el garante de los derechos de sus ciudadanos en Reino Unido tras el Brexit, y en el monto que Londres debe abonar por sus compromisos financieros con el bloque.

En sus conclusiones, los mandatarios tienen previsto subrayar que, aunque Reino Unido expresó su intención de abonarlos, «esto no se tradujo todavía en un compromiso firme y concreto de Reino Unido para saldar todas estas obligaciones». Según fuentes europeas, podría ascender a hasta 100.000 millones de euros.

El Brexit, la mayor crisis política en seis décadas de proyecto europeo, protagonizará los dos días de cumbre, si bien los mandatarios tienen previsto discutir el divorcio el viernes, consagrando el jueves a su relación con Turquía, a la política migratoria o a la defensa.

¿Cataluña?, Mercosur

La cumbre es la primera para el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, desde la celebración en Cataluña de un referéndum de independencia prohibido por la justicia española, pero la situación en esta región no está por el momento en la agenda.

«Por supuesto, si Rajoy quiere mencionar la cuestión, lo reflejaremos», indicó un alto responsable europeo, precisando que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, llamaría en último lugar al español para cerrar la agenda.

La política comercial, como las negociaciones entre la UE y los países del Mercosur, sí estarán sobre la mesa, a petición del presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo gobierno insta a Bruselas a tener en cuenta del impacto de todos los acuerdos comerciales en el sector agrícola europeo.

Tusk, que presidirá la cumbre, deberá presentar también a los dirigentes su hoja de ruta para el futuro de la UE, tal y como hicieron ya Juncker y Macron, e intentar pasar página a años de crisis como el Brexit.