«Lula no ha sido acusado de ningún crimen, incluso después de haber sido sometido a una verdadera invasión [de su vida privada] y a intimidaciones en los últimos meses»,  con esas palabras, el Instituto Lula calificó la situación que está viviendo Lula Da Silva en Brasil, caratulando dentro de un marco de “acoso mediático” contra el ex presidente.

La organización de estudios políticos enviaron una solicitud junto a un grupo de juristas al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, con el objetivo de que deje sin efecto la decisión que impide a Lula ser el Jefe de Gabinete de Dilma Rousseff.

Dicha medida fue adoptada por el juez Gilmar Mendes, quien bloqueó su incorporación al ministerio de Dilma al sospechar de que la designación sería para dotarlo de fueros que lo protegieran de la justicia ordinaria.

Por su parte, el magistrado resolvió además devolver las investigaciones sobre Lula al juez de primera instancia Sergio Moro, a quien el instituto marca como responsable de gran parte de los abusos denunciados.

Quien fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010 está sospechado de una presunta ocultación de bienes en el marco del escándalo de corrupción en la estatal petrolera Petrobras.