Los ministros de Exteriores de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, el Reino Unido y la Unión Europea, reunidos en el palacio alemán de Weissenhaus, confirmaron su disposición para seguir proporcionando armas a Ucrania y asistencia en su defensa contra Rusia «mientras sea necesario«.

Al mismo tiempo, los altos funcionarios instaron a que China no ayude a Rusia ni justifique la operación militar que Moscú mantiene en el país vecino.

Según la revista Der Spiegel informó el viernes que los miembros del G7 están dispuestos a proporcionar a Ucrania ayuda financiera por valor de unos 30.000 millones de euros, iniciativa que según el medio alemán se planea aprobar en la reunión de los ministros de Finanzas del grupo que tendrá lugar la próxima semana en Petersberg, cerca de Bonn (Alemania).

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell declaró en una entrevista con FAZ, publicada el martes, que Ucrania tiene que llegar a la mesa de negociaciones con Rusia «desde una posición de fuerza» y que «la tarea ahora es poner a los ucranianos en esa posición».

Los cancilleres coinciden que la situación en Ucrania ha empeorado las perspectivas del desarrollo de la economía global causando una drástica subida de precios de alimentos y combustibles.

Los países del G7 también expresaron su determinación en lidiar con lo que describieron como la desinformación rusa destinada a culpar a las sanciones occidentales impuestas a Moscú por problemas globales de suministros alimenticios.

En su declaración conjunta, los representantes instaron a Rusia a cesar lo que llamaron el bloqueo de las exportaciones de cereales desde Ucrania y subrayaron que unas 43 millones de personas del mundo se encuentran a un paso de la hambruna.