La policía de Brasil detuvo hoy a una supervisora del supermercado Carrefour donde días atrás un hombre negro fue muerto a golpes por dos agentes de seguridad del local, por considerarla coautora del homicidio.

Ella tenía autoridad sobre los dos vigilantes; por tener una posición determinante, la ley la contempla como coautora del homicidio y se solicitó su prisión temporal”, informó Vanessa Pitrez, investigadora de la Policía Civil, en conferencia de prensa.

La supervisora Adriana Alves Dutra aparece en las imágenes del hecho cuando uno de los vigiladores sostiene a Joao Silveira Freitas mientras el otro lo golpea durante cuatro minutos hasta matarlo.

Alves, que también fue vista grabando el incidente, habría mentido en su primera declaración a los investigadores al decir que no escuchó cuando la víctima pidió ayuda y afirmar que uno de los vigiladores era cliente del supermercado y no trabajaba en él, según la agencia de noticias AFP.

Asimismo, la supervisora dijo que pidió varias veces a los vigiladores que soltaran a Silveira -según extractos de su testimonio publicados por la televisora Globo-, pero en los videos del incidente se la ve advirtiéndole a la víctima que debía calmarse para ser liberado pues de lo contrario no lo soltarían hasta que llegara la policía.

Por otra parte, la comisaria Roberta Bertoldo afirmó que Alves dio “declaraciones contradictorias” y ahora se deberá esperar “hasta el final de la investigación” para “comprobar si esas contradicciones fueron motivadas por algo que se quería encubrir o no”.

Silveira, de 40 años, fue asesinado a golpes en una sucursal de Carrefour en Porto Alegre el jueves pasado, en la víspera del Día de la Conciencia Negra, y las imágenes grabadas por un testigo dieron vuelta al mundo y generaron una ola de protestas en gran parte de Brasil.

La ONU pidió hoy reformas urgentes en Brasil y consideró el asesinato de Silveira como un ejemplo del “racismo estructural” que existe en el país.

Ravina Shamdasani, vocera de la oficina de derechos humanos de la ONU, dijo a la prensa durante una sesión informativa remota desde Ginebra que el caso fue “un ejemplo extremo, pero lamentablemente demasiado común, de la violencia sufrida por los negros en Brasil”.

“Ofrece una clara ilustración de la persistente discriminación estructural y el racismo que enfrentan las personas de ascendencia africana”, dijo, e insistió en que los funcionarios del Gobierno tienen la responsabilidad de reconocer el problema del racismo persistente para poder resolverlo.

Shamdasani citó estadísticas que muestran que “el número de víctimas afrobrasileñas de homicidio es desproporcionadamente más alto que otros grupos”.

Los brasileños negros padecen racismo estructural e institucional, exclusión, marginación y violencia, con, en muchos casos, consecuencias letales”, aseguró.

Carrefour anunció ayer que creará un fondo de unos 4,8 millones de dólares para promover acciones contra el racismo en Brasil, luego de que el valor de sus acciones perdiera más de 6% en la bolsa de San Pablo.

También ayer, 12 empresas proveedoras de la cadena de distribución -entre ellas Coca-Cola, Danone, Pepsico y Nestlé- informaron que formarán una coalición “para combatir el racismo estructural” en el país.