Los ecuatorianos votaban este domingo en un histórico balotaje presidencial entre la correísta Luisa González y Daniel Noboa, en unos comicios que se anticipan reñidos y tensos tras el asesinato de un candidato en medio de una ola de violencia criminal.

González -alfil del expresidente socialista Rafael Correa (2007-17)- y Noboa -hijo de uno de los hombres más ricos del país- bajaron el telón de una campaña marcada por los chalecos antibalas, custodios con fusiles y un clamor unánime: frenar la violencia.

«El pálpito es que triunfe el Ecuador, es decir que gane la Revolución Ciudadana» (RC) expresó González, candidata de RC, al llegar a un recinto electoral del pequeño poblado costero de Canuto, en el sudoeste, para sufragar temprano.

«La gente quiere cero impunidad, la gente quiere progreso, la gente quiere empleo, y los jóvenes, una esperanza”, afirmó Noboa tras votar poco antes del mediodía en Olón, en la provincia Santa Elena, en el extremo occidental del país.

También a primera hora, pero en Guayaquil, votó el presidente Guillermo Lasso. «Mi llamado a los 13 millones de votantes es para que sufraguen responsablemente; el próximo presidente recibirá un Ecuador con la democracia fortalecida y la economía en crecimiento», dijo después de cumplir el trámite.

En los últimos años Ecuador se ha transformado en un centro de operaciones de cárteles de droga con tentáculos internacionales que imponen un régimen de terror y dejan miles de muertos, algunos desmembrados o colgados de puentes.

Apoyado por fuerzas de derecha y autoproclamado de centroizquierda, Noboa, del partido Acción Democrática Nacional (ADN), podría convertirse en el mandatario más joven en la historia del país a sus 35 años.

De su lado, González, de 45 años, aspira ser la primera en llegar a la Presidencia de Ecuador a través del voto popular.

Unos 13,4 de los 16,9 millones de ecuatorianos deberán ejercer el voto obligatorio a partir de las 7 y hasta las 17 (las 19 en Argentina) para elegir una fórmula presidencial en unos comicios en los que varias encuestas prevén un cabeza a cabeza.

Unos 100.000 militares y policías están desplegados en todo el país para garantizar la seguridad de las elecciones.

El vencedor gobernará Ecuador por casi 17 meses hasta terminar el periodo presidencial del derechista Guillermo Lasso, quien disolvió el Congreso y llamó a elecciones anticipadas para esquivar la destitución en un juicio político por corrupción.

Expertos consideran que el nuevo mandato será una suerte de precampaña de cara a la elección por cuatro años en 2025, lo que marcará el estilo del breve periodo.

A la crisis institucional se sumó la violencia política, además de escepticismo sobre la economía en un país dolarizado y con un 27% de pobreza.

Ocho dirigentes fueron asesinados, entre ellos un alcalde, dos concejales municipales, un candidato a diputado y un aspirante a la presidencia.

Fernando Villavicencio, uno de los candidatos favoritos para la primera vuelta del 20 agosto, fue baleado cuando salía de un acto en Quito a pocos días de los comicios.

Luego, siete de los presos implicados en su crimen fueron asesinados en diferentes cárceles.

González y Noboa se comprometieron a combatir el crimen y las bandas narcotraficantes. Entre 2018 y 2022 la tasa de homicidios se cuadriplicó y trepó a 26 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Este año expertos calculan que aumentará a 40.

Candidatos y periodistas se desplazan protegidos por chalecos, cascos y autos blindados.

Bandas vinculadas a carteles mexicanos y colombianos se enfrentan por el negocio de la droga y usan como oficina logística las cárceles, donde han ocurrido cruentas masacres. Desde 2021 más de 460 reclusos han muerto en esos choques.

«Vamos a levantar a este Ecuador que clama a gritos por paz, por seguridad, por empleo, por salud», manifestó González la semana pasada.

Hijo de un magnate bananero, Noboa aspira a cumplir el sueño frustrado de su padre de ser presidente. Álvaro Noboa se presentó cinco veces a las elecciones sin éxito y en 2006 perdió contra Correa, que desde la sombra ahora es rival de su heredero.

Reservado y de pocas sonrisas, el joven candidato llegó de puntillas a la segunda vuelta siendo casi un desconocido en la política.

Muy activo en redes sociales, Noboa propone dinamizar la economía y el empleo, con facilidades de crédito e incentivos tributarios para pequeñas y medianas empresas.

Su propuesta más sonada fue la de crear barcos prisiones para aislar a los presos de «los no violentos» y de sus redes criminales.

De su lado, González simboliza el regreso en cuerpo ajeno de Correa, en el exilio y condenado a ocho años de cárcel por corrupción. Aunque asegura que mantendrá su independencia, el popular exmandatario controla los hilos del poder desde Bélgica.

Tatuada, deportista, cristiana y defensora de los animales, González plantea un Estado más solidario luego de los gobiernos de derecha que siguieron a su mentor.

En el primer turno Noboa obtuvo el 23% de los votos contra 34% de González.

Sin mayoría absoluta en el Congreso, cualquiera de los candidatos enfrentará dificultades para hacer realidad sus reformas.