La principal planta de reciclaje del área Baltimore-Washington en EE.UU. lleva meses ‘batallando’ con enormes cantidades de papel y de plástico que se amontonan en sus instalaciones y que, en otras circunstancias, habrían sido vendidas a China.

Como Pekín ya no compra materiales reciclados «contaminados» de EE.UU., decenas de empleados de la planta de Elkridge en Maryland se afanan en separar de los residuos los elementos «contaminantes», que pueden ser cualquier cosa, desde ropa hasta algún cable, que no se reciclan, reporta AFP.

China, considerado el mayor reciclador del mundo, compró el año pasado más de la mitad de la basura exportada por EE.UU. Sin embargo, desde el pasado mes enero mantiene cerradas sus fronteras para la mayor parte de los residuos extranjeros de papel y de plástico debido a la nueva política medioambiental impulsada por el Gobierno.

Ahora que Pekín ya no quiere servir de basurero mundial, ha fijado el nivel de contaminación admisible para los residuos de cartón y de metal en un 0,5%, una cifra demasiado baja para la mayor parte de las plantas de reciclaje estadounidenses, que temen que para el año 2020 China prohíba la entrada de todos los materiales reciclados.

«No hay ninguno y, francamente, tal vez ni siquiera existe un grupo de países que pueda recibir la cantidad que solía acoger China», comenta a AFP Adina Renee Adler, del Instituto de Industrias de Reciclaje de Desechos en Washington.

Washington D.C. ya paga 75 millones de dólares por reciclar una tonelada de residuos y otros 46 millones para quemar la basura y generar electricidad. El director de obras públicas de Washington, Christopher Shorter, confesó al medio que reciclar resultaba más barato hace varios años, pero que eso ya no ocurre hoy en día. «Reciclar nos resultará más y más caro», se lamenta.

Algunas de las plantas de reciclaje de EE.UU. ni se esfuerzan en clasificar los residuos de papel y de plástico, y echan toda la basura a los vertederos. «Nadie quiere decirlo en voz alta porque a nadie le gusta el hecho de que se ven obligados a hacerlo», comentó a AFP el jefe de la empresa de residuos WCA en Houston, Bill Caesar.

¿Culpa de China?
El pasado mes de marzo la delegación de EE.UU. exigió ante la Organización Mundial del Comercio que Pekín continúe comprando su basura. «Las restricciones de importación de bienes reciclados por parte de China han causado un trastorno fundamental en las cadenas de suministro global para desechos, desviándolos de la reutilización productiva y conduciéndolos hacia el vertido», afirmaron desde EE.UU.

Ante la exigencia de Washington de que China «detenga de inmediato la implementación y revise las medidas en consonancia con los estándares internacionales existentes para el comercio de materiales de desecho», Pekín respondió con la promesa de dejar de comprarle a EE.UU. otros 32 tipos de residuos sólidos.