El festival de ópera de Bayreuth, dedicado a la obra de Richard Wagner, arranca el lunes en el este de Alemania bajo fuertes medidas de seguridad que llevaron a las autoridades bávaras a anular la ceremonia inaugural.

La 105º edición de esta tradicional cita veraniega empezará exactamente una semana después del primer ataque en suelo alemán reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El atentado, cometido por un joven refugiado afgano en Wurzburgo (sur), a 150 km de Bayreuth, ha obligado a reforzar la seguridad.

Y el ataque del viernes en Múnich, a 260 km de Bayreuth, donde germano-iraní mató a nueve personas antes de suicidarse, llevó a incrementar la vigilancia.

El presidente de Baviera, Horst Seehofer, anunció este sábado la cancelación de la ceremonia de apertura, por respeto a las víctimas de los ataques y a sus familiares.

Tradicionalmente, en la gala de inauguración están presentes la flor y nata de Alemania, incluyendo la canciller Angela Merkel. Pero, debido a una agenda muy cargada, Merkel no estará este año.

La mítica «Colina Verde», donde Wagner (1813-1883) construyó su ópera, está sometida a estrictas medidas de seguridad desde que iniciaron los ensayos en junio.

Está prohibido entrar a las salas y vestuarios con bolsas y los festivaleros deben tener con ellos siempre un documento de identidad con foto. Todo esto a causa de la última producción de «Parsifal», que está programada en apertura el lunes y que algunos anuncian como provocadora.

Nadie la ha visto aún, pero según rumores retomados por los medios de comunicación -aunque totalmente desmentidos por el director, el alemán Uwe Eric Laufenberg-, podría ser percibida como una crítica al islam.

Según los rumores, las «doncellas flor», que en la epopeya medieval seducen a los caballeros del Graal para que éstos se pierdan, llevarán burqas.

Para algunos asiduos del ritual wagneriano, las medidas de seguridad extremas afectarán el ambiente en el Festspielhaus, el palacio de festivales construido según los deseos del maestro.