En la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que se llevó a cabo el 13 de octubre, el FMI dio a conocer su último Informe sobre Estabilidad Financiera Global, y a pesar de que está escrito en la jerga banquera, no puede ocultar su estado de alarma ante un estallido financiero detonado por la pandemia.

“Por ahora se han contenido los riesgos de estabilidad financiera global a corto plazo… Sin embargo, las vulnerabilidades están al alza, lo cual intensifica las inquietudes por la estabilidad financiera en algunos países”.

El presidente del Banco Mundial, David Malpass, también advirtió que la enorme burbuja de la deuda de los países del sector en desarrollo, no se debe de cobrar, sino que se tiene que seguir refinanciando o se deben conceder períodos de gracia a través de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por sus siglas en inglés), que adoptaron las naciones del G20 en abril. En pandemia “las economías del sector avanzado han podido proporcionar apoyo, en especial para trabajadores que trabajan fuera del país”.