El gobierno alemán aclaró hoy que el Estado debe «garantizar» el uso de la kipá en cualquier parte, en medio de la polémica desatada por el encargado contra el Antisemitismo del Gobierno, Felix Klein, quien desaconsejó llevar este pequeño gorro circular de uso religioso en algunos lugares por seguridad.

«Cualquier persona debe poder moverse y sentirse seguro en cualquier parte de este país, también si lleva la kipá», afirmó el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, quien recordó que el uso de esta prenda forma parte del derecho al libre ejercicio de una religión.

Este pronunciamiento sigue a la declaración de Klein esta semana, quien alertó del uso de la kipá en algunas partes ante el número creciente de ataques contra la comunidad judía que se registran en el país.

«Lamentablemente, no puedo aconsejar a los judíos que lleven la kipá por cualquier parte de Alemania», había dicho Klein, en declaraciones al grupo mediádico «Funke».

Klein, cuyo departamento está adscrito al Ministerio del Interior, aludió ahí a una «creciente desinhibición social» frente a expresiones o actitudes agresivas contra los miembros de la comunidad judía, así como al «caldo de cultivo» que supone la extensión de los partidos ultraderechistas.

Una reciente estadística del Ministerio del Interior, correspondiente a 2018, reflejaba un aumento del 20% de los delitos de trasfondo antisemita y atribuía el 90% de estos actos a la ultraderecha.

En total en 2018 se registraron en Alemania 7.700 delitos de índole racista, mientras que los de carácter antisemita se situaron en 1.799 casos.

A la declaración de Klein siguieron crecientes expresiones de rechazo, por considerarse que desaconsejar el uso de la kipá implica dejarse intimidar por el antisemitismo.

Desde Israel, el presidente del país, Reuvén Rivlin se mostró «consternado» por esa recomendación y recordó que el Estado alemán debe garantizar el derecho a la libertad religiosa.

A las expresiones de rechazo se sumó hoy el presidente de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alexander Gauland, quien consideró que el de Klein «no es un buen consejo» porque genera «nuevos miedos».