El gobierno español decidió que los restos del dictador Francisco Franco (1892-1975) sean exhumados el próximo 10 de junio del monumento del Valle de los Caídos y enterrados en un cementerio en la localidad de El Pardo, en Madrid.

Franco fue enterrado en la basílica del Valle de los Caídos, un monumento que él mandó construir a 50 kilómetros de Madrid y donde también están los restos de miles de combatientes de los dos bandos de la Guerra Civil española (1936-1939).

El Tribunal Supremo español (TS) estudia un recurso presentado hace unos días por la familia del dictador contra la decisión del gobierno de exhumar los restos y trasladarlo fuera del Valle de los Caídos. El alto tribunal no decidió todavía -como pidieron los familiares-, sobre la paralización cautelar de cualquier decisión de exhumación a la espera de su pronunciamiento definitivo.

Antes de presentar el recurso, los nietos de Franco -sus parientes vivos más cercanos- advirtieron por carta al gobierno que consideraban “nulo de pleno derecho” el acuerdo del Consejo de Ministros de febrero pasado por el que se les daba un plazo de 15 días para determinar un nuevo lugar para la inhumación de su abuelo.

El acuerdo del gobierno excluía expresamente la cripta de la catedral de la Almudena, en el centro de Madrid, como posible ubicación de los restos por razones de “orden público” y para evitar homenajes al dictador.

Pero los familiares insistían en que es en ese lugar donde quieren que sea enterrado de nuevo si la Justicia dictamina que los restos deben salir del Valle de los Caídos. El Ejecutivo había establecido que determinaría unilateralmente el lugar de entierro definitivo del dictador si la familia no aceptaba fijar un lugar alternativo a la catedral.

El gobierno estableció la fecha de la exhumación sin esperar a que el TS decida sobre la suspensión cautelar del traslado de los restos, si bien admite que puede ser pospuesta si el tribunal anulara o suspendiera la decisión del Ejecutivo.

Según el Ejecutivo, el cementerio de Mingorrubio El Pardo, donde ya se encuentra enterrada la esposa de Franco, Carmen Polo (1900-1988), permite “garantizar tanto las condiciones de dignidad y respeto como la digna sepultura exigidas”.

En El Pardo, en la periferia de Madrid, se encuentra el palacio donde vivió Franco hasta su muerte y que hoy sirve de residencia de los jefes de Estado extranjeros cuando realizan una visita oficial a España.